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5 islas para visitar en familia sin que se dispare el presupuesto

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Rodeados de halos de leyendas, naturaleza salvaje y encanto romántico, las islas siempre han despertado el interés de los grandes viajeros y aventureros y han servido de evasión a las grandes celebridades. Quizás por todo eso, ahora es el momento para tenerlas en mente y visitarlas en familia.

Para crear recuerdos imborrables de la aventura de las vacaciones y de los viajes con niños, hemos elaborado una selección de cinco islas que hay que descubrir en familia al menos una vez en la vida sin que se dispare el presupuesto familiar.

5 islas maravillosas para descubrir en familia

1. Cerdeña. Conociendo el país de los sardos 

Cerdeña
Cerdeña es el paraíso de las playas Mediterráneas, con arenales de agua límpia y transparente, donde fácilmente se podría haber inventado el color turquesa. Sin lugar a dudas, si sois amantes de las buenas playas, este sitio te encantará. Las arenas blancas predominan en las costas, adornadas en ocasiones por dunas, escollos, pequeñas islas, y aguas especialmente limpias.

Con sus más de 24.000 km2, Cerdeña es la segunda isla más grande del Mediterráneo. La isla de los sardos encierra una historia apasionante del enfrentamiento ancestral entre las civilizaciones del Mediterráneo, desde la antigüedad hasta la época moderna.

Por sus tierras pasaron colonizadores fenicios y griegos, fueron ocupados por cartagineses y posteriormente, sometidos por los romanos en las guerras Púnicas. Sufrieron invasiones del pueblo vándalo y del Imperio bizantino, la conquista árabe y el creciente ascendiente político y mercantil de las repúblicas de Génova y de Pisa, aliadas contra el poder musulmán, ya en los siglos XII y XIII.

Déjate deslumbrar por uno de los rincones más bellos del Mediterráneo. La mejor forma de conocer esta hermosa isla es recorriéndola a tu aire, sin prisas, con tu propio coche y alojándote en apartamentos diseñados para viajar con niños. Durante el camino te sorprenderán milenarias ciudades llenas de historia y lugares exclusivos, idílicas playas de fina arena blanca y aguas turquesas donde disfrutar de un cálido clima y de la práctica de deportes acuáticos, paisajes vírgenes de exuberante encanto e importantes yacimientos arqueológicos.

2. Islandia. Tras las huellas de elfos y vikingos

Islandia
A caballo entre las sagas nórdicas y leyendas de elfos (huldufólk), hadas y seres invisibles, y la fuerza bruta de su naturaleza volcánica, fiordos y glaciares, aunque no lo pueda parecer, Islandia se presenta como uno de los destinos más agradables para las familias que quieran viajar con sus hijos.

Islandia es un destino de contrastes: hielo y fuego, historia y servicios modernos, luz y oscuridad, frío y calor termal… lo que le ha permitido convertirse en set de rodaje de numerosas películas y series, como Thor, Oblivion, Juego de Tronos…

Además de viajar al centro de la Tierra en el centelleante volcán extinto coronado por el glaciar Snæfellsjökull que sirvió de inspiración a Julio Verne para su novela, la isla está llena de sitios que conocer como la Cascada de Gullfoss, el Parque Nacional de Thingvellir, la zona geotermal de Geysir o la zona de desierto volcánico de Seydisfjördur.

3. Mauricio. La isla de los siete colores

Isla Mauricio
«La isla de la fortuna». Así definió Joseph Conrad, uno de los más importantes escritores y viajeros de la Historia, a Isla Mauricio, el lugar donde te está esperando una de las mayores experiencias viajeras que se pueden vivir. Isla Mauricio es una tierra que cambiará para siempre tu concepto de viaje y en la que todo te hará sentir, como en pocos lugares del mundo, que tienes el paraíso a tus pies.

Porque viajar a Isla Mauricio significa convertirse en el dueño de un lugar irrepetible y exclusivo en el que cada rincón -de sus arrecifes de coral a sus volcanes dormidos, de sus playas de fábula en las que tus pisadas serán las primeras a los mercados repletos de vida de sus pueblos- convierte todos los segundos en momentos inolvidables que superarán tus fantasías viajeras.

El escritor Mark Twain dijo que «Dios creó primero Mauricio y después el cielo». Allí podemos descubrir la cascada de Chamarel, la Tierra de los Siete Colores, los nenúfares y tortugas gigantes, las playas de Mont Choisy, Belle Mare o Le Morne, l’Ile aux cerfs… y centros cosmopolitas como Port Louis donde vivir la mezcla étnica y cultural de un país en el que la fusión de pueblos y razas de se refleja en la gastronomía, en las costumbres y, sobre todo, en la vida diaria de sus habitantes.

4. Azores. Tras las huellas de la Atlántida

Azores
La leyenda de la Atlántida tiene origen en los escritos de Platón, donde narra una historia sobre un continente perdido. Desde entonces las Islas Azores y sus volcanes figuran como restos del continente perdido lleno de misterio y magia.

Las islas del archipiélago de las Azores son de origen volcánico y se localizan en el Atlántico Norte, junto con los archipiélagos de Madeira, Canarias y Cabo Verde define la región biogeográfica de la Macaronesia, designación que significa «islas afortunadas», un lugar paradisíaco. La tercera parada del archipiélago reconocida por los navegadores portugueses probablemente a finales de 1420 empieza siendo designada como isla de Jesucristo. Con un pasado histórico repleto de grandes hechos, Terceira es hoy una isla dinámica y maravillosa, con el centro histórico de Angra reconocido, en 1983, como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Entra en el castillo de San Felipe en el Monte Brasil -la mayor fortificación española fuera de nuestro país-, entra en el interior de los volcanes en la Gruta do Natal o Algar do Carvao, descubre las fumarolas de Enxofre, realiza rutas de senderismo por la sierra de Cune o los Misterios Negros, o bañarte en las piscinas naturales de Calheta dos Biscoitos.

Y, por si fuera poco, sal en busca de Moby Dick. Las Azores son actualmente uno de los mayores santuarios de ballenas del mundo. Entre especies residentes y migratorias, se avistan aquí 24 tipos diferentes de cetáceos, desde la gran ballena azul hasta la ballena orca.

5. Feroe. Las islas de los corderos

Islas Feroe
Las islas Feroe se encuentran en el Atlántico norte. El archipiélago, con numerosas islas, es una zona rocosa y de pendientes abruptas, donde no es nada difícil encontrar un ángulo en el que las islas parecen un paisaje de cuentos. Las casas tienen techos a dos aguas cubiertos de hierba para resguardarse del clima, el viento y la humedad, pero además, los paisajes de costas escarpadas y acantilados erosionados junto a un clima raramente templado para la latitud, completan un paisaje equiparable a un mundo perdido.

Los que viajamos con niños nos obsesionamos con parques temáticos o juguetes sofisticados cuando a los peques sólo les basta el contacto con la naturaleza, un poco de arena y unas olas que esquivar para disfrutar al máximo.

Podrás conocer la pequeña población de Gasaladur, desde donde puedes pasear por las zonas señalizadas para disfrutar de las impresionantes vistas del islote de Tindholmur o la bella cascada de Bosdalafossur en su dirección hacia el océano. O la zona de Vestmanna, donde podrás ver los acantilados y algunas grutas. En la localidad de Tjornuvík, rodeada por altas montañas, podrás ver las formaciones rocosas conocidas como «El gigante y la vieja bruja» situadas en el extremo norte de Eysturoy. En el pueblo de Eidi contempla sus escenarios únicos y vistas espectaculares de Slaettaratindur (882 m), la montaña más alta de las Feroe. Conoce los acantilados Djúpini, donde anidan gran cantidad de aves o «salta» a otras islas del archipiélago como Kunoy, Kalsoy, Svínoy y Fugloy.

Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Viajacontufamilia.com, agencia de viajes especialistas en vacaciones en familia

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