Disfrutar de una buena experiencia medioambiental durante la infancia es la mejor manera de crear una conciencia ecológica en los niños que les acompañará durante su etapa adulta. Los expertos coinciden en afirmar que de poco o nada sirve acercarles el medio ambiente de forma teórica, si no lo apoyamos con sus propias experiencias en la naturaleza.
Para fomentar las experiencias con el medio natural, las familias podemos organizar excursiones al campo los fines de semana, actividades ecológicas durante las vacaciones de verano y el resto del año, ¿qué podemos hacer?
Si somos una familia urbanita, que vivimos en una gran ciudad, podemos aprovechar los parques y jardines cercanos para dedicar tiempo a jugar con la naturaleza a diario, asi como el jardín que podemos tener debajo de nuestro edificio o en la misma urbanización de nuestra casa. En estos espacios podemos realizar experimentos con plantas y animales con los que crear una creciente relación de amor y empatía.
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Experimentos en el jardín con insectos y caracoles
Cómo hacer una trampa de pozo y experimentos
En primer lugar, tenemos que conseguir un tarro de cristal de unos 15 cm. de fondo por unos 7,5 de diámetro de boca. Uno de los niños puede cavar un hoyo donde introducimos el tarro, de modo que el borde quede a ras con la superficie del suelo. Luego colocamos un «techado» (una placa de cerámica, de pizarra, una tabla… que haya conseguido o fabricado otro de los hijos) apoyándolo en cuatro piedras para evitar que las criaturas capturadas sean ahogadas por la lluvia, desecadas por el sol o devoradas por otro depredadores. Para maravillosa sorpresa de todos los hijos y sus amiguitos, conseguiremos insectos como tijeretas, cochinillas, «mariquitas», etc.
Experimentos:
1. Sitúa varias trampas en una parte del jardín, a lo largo del seto, por ejemplo. Podemos examinarlas por la mañana, nada más levantarnos, y al mediodía. Y quizá un par de veces por la tarde. Podéis responder entre todos a estas preguntas: ¿Cuándo se muestran los animales más activos? ¿Se relaciona su actividad con las condiciones climatológicas?
2. También podemos colocar trampas en diferentes microhabitats del jardín: césped, macizos de flores, montón de abono vegetal y huerta. Con lapiz y papel compararemos las cantidades y tipos de animales capturados en las distintas áreas y sacaremos conclusiones.
3. Al más pequeño le hara ilusión marcar algunos de los ejemplares con pequeños toques de pintura o de «teepex». Luego debemos ponerlos en libertad donde los obtuvimos. ¿Cuántos animales marcados vuelven a las trampas? Los que repiten, ¿lo hacen en el mismo sitio? De esta forma puede saberse qué seres se limitan a una demarcación territorial única.
4. También podemos cebar una trampa con carne, otras con queso y otras con fruta. ¿Acuden distintas clases de animales a los distintos cebos?
Marcaje de animales pequeños
-En muchos experimentos es necesario marcar a los animales. El método habitual y más divertido consiste en aplicarles una gotita de fluido de secado rápido («teepex»). El «lunar» ha de dibujarse en un lugar discreto para no atraer a los depredadores y en una parte dura y lisa del cuerpo. Si los insectos se muestran excesivamente inquietos para marcarlos, tendremos que dejarles una hora en el refrigerador: lo suficiente para que se atonten, pero habrá que tener cuidado para que no pasen más tiempo dentro porque podrían morir.
Costumbres de los caracoles
Los caracoles tienen tendencia a ser criaturas rutinarias. A menudo eligen un «reposadero» al que vuelven tras sus excursiones nocturnas de alimentación. Si distribuimos tiestos en las áreas húmedas del jardín es muy probable que a los pocos días los veamos convertidos en refugio diurno de algunos caracoles.
Cualquiera de los niños puede marcarlos como os hemos enseñado (intentando no molestarlos excesivamente) y después podemos revisar los tiestos a diario. ¿Vuelven los animales marcados? ¿Qué sucede si retiramos el tiesto por la noche, cuando está vacío, o ponemos otros en sus proximidades?
Mosquiteras para conservar insectos
Muchos artículos de uso diario -sobre todo de cocina- podemos adaptarlos para la recolección o la conservación de criaturas. Las cubiertas de malla fina que tiene mamá, diseñadas para proteger el queso de las moscas, son las mejores jaulas para mariposas, mantis y otros insectos (separados, por supuesto). Para cambiarles la comida se introduce primero la fresca y cuando están consumiéndola se retira la vieja con toda tranquilidad.
Pequeño bebedero de jardín
Las criaturas que viven en lugares calurosos agradecerán un suministro de agua fresca. En los jardines donde haya un grifo es posile atraer muchos insectos los días de calor dejándolo gotear o abriéndolo a intervalos regulares para que haya siempre un pequeño charco.
Marina Berrio
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