¿Es incompatible ser padre y montar en bicicleta con la familia? ¿Se puede transmitir el «virus» de la bicicleta a los hijos desde su más tierna infancia? ¿Se puede «entrenar» sin que, sin embargo, nuestros hijos se sientan huérfanos de padre (o raras veces, de madre)? Por supuesto.
Ser padres no significa que haya que dejar a un lado algo que nos gustaba hacer, aunque eso sí, habrá que repartir el tiempo entre nuestra afición (la bicicleta) y nuestros hijos. Pero más que dividirlo, podemos compartirlo. ¿Qué tal si montamos en bicicletacon los hijos? Esto se puede hacer desde muy pronto, siempre que lo hagamos bien. A continuación, os damos unas pistas, que cada cual deberá adaptar a su situación personal/familiar, para poder compaginar ciclismo y niños.
El mejor rendimiento sobre la bicicleta
Desde hace más de tres años tenemos un remolque en casa, pero comenzamos a buscarlo bastante tiempo antes. Yo me fijaba más en características tales como material de construcción (aluminio mejor que acero), peso, tipo de ruedas… pero mi mujer no y al final eligió ella, comprando el mejor remolque desde el punto de vista del rendimiento.
Vamos a ver: ¿Para qué compramos el remolque? Para poder montar en bici llevando a los críos, porque, si no, no montamos ¿cierto? Tenemos el remolque y… ¿ya está? ¡No! Ahora hace falta que los críos quieran. Podríamos meterlos en el remolque y a rodar… ¡Qué lindo! Pero ellos se quejan, se aburren, se duermen y se les cae la cabeza, se pelean porque no hay espacio… pero nosotros tenemos un maravilloso remolque ligero, con los mejores rodamientos del mundo, llantas de aluminio… con el que cada 15 minutos hay que parar para resituar a los críos, o para calmar la pelea… Y parar cada tan poco tiempo no es «rendimiento» precisamente.
Mi mujer, en cambio, optaba por un remolque de primeras no tan atractivo: casi al mismo precio que el que a mí me gustaba, no tenía ni una pieza de aluminio, era todo acero, pero… ventanas más grandes (MUY grandes) para poder ver el paisaje, los asientos se pueden poner como tales (para ir sentados) o tumbarlos (ideal para siestas de una hora sin que te preocupes por cómo se les queda el cuello a tus hijos…) y los cinturones de seguridad tienen dos posiciones, según la talla del crío.
Además, pueden ponerse uno al lado del otro, o uno frente al otro, una idea genial cuando ya están más crecidos y así no se estorban con los hombros, con lo cual se quejan menos y no hay que parar cada poco tiempo… También puedes llevarlos hacia adelante o hacia atrás, con lo cual si mi mujer va por detrás y les da conversación. Parecerán tonterías pero, de esta forma, las salidas son más largas, aunque también hay que hacer paradas, pero el «rendimiento» es mayor, aunque el remolque pese más.
Por cierto, también desde el punto de vista del rendimiento, pero el económico, si el remolque sirve para tenerlo más años, mejor. Mi hija mayor, con 5 años y medio, todavía iba en remolque, aunque ya empezaba a hacer algunas rutillas sencillas en bici. Para mí, es una inversión: Si consigo que mis hijas monten en bici ahora, más adelante yo podré montar más y con ellas. Además, al igual que el remolque, entrenar con lastre es una ventaja, sobre todo cuando vas de vacío.
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La silla de los niños en la bicicleta
Edad recomendada. Desde que el niño se mantiene sentado por sí solo hasta los 3 años.
Ventajas. Es el sistema más barato de llevar un crío en una bicicleta. Además, ocupa relativamente poco. Permite una bastante fluida relación entre ciclista y «pasajero» (es posible hablarle, tocarle, etc.). También es mejor para caminos estrechos (en MTB).
Inconvenientes. Es adecuado para recorridos cortos, pero los críos se agobian por lo general en recorridos más largos, y hay que realizar numerosas paradas. Cuando se duermen, la cabeza les queda «colgante», al quedar el respaldo de la silla muy vertical. No pueden llevar cosas para entretenerse: se caen solas, algo que al niño le divierte mucho… pero no a ti. Ya, con tres años, no entran en la mayoría de los modelos. Es muy inestable en marcha, cualquier movimiento del niño afecta a la conducción (cosa que les encanta…). No se puede subir de pie sobre los pedales. La parrilla o el soporte que sujeta al asiento ha de estar en la bicicleta permanentemente (si se piensa hacer un uso más o menos continuado de la silla). Peligroso en parado con el niño encima, en las maniobras para montarlo o bajarlo (hay que tener cuidado al desmontar de la bici: más de un niño ha recibido una «patada en la boca» de algún padre despistado). Cuidado con los pies del niño si no van atados: pueden interferir en el pedaleo.
Modelos y variantes. Las únicas recomendables son las de respaldo alto, que «cojan» bien la cabeza del niño, evitando las de respaldo bajo en las cuales la cabeza no se puede apoyar, tanto durante los movimientos en marchas como en caso de posible caída. Hay algún modelo en el cual el respaldo puede inclinarse para que el niño duerma en una posición más adecuada.
Precio orientativo. Entre 20 y 120 €.
Nuestra experiencia. Yo empecé llevando a la cría en una silla con 6/7 meses. Luego me enteré que los pediatras, incluso los más «pro-bicicleta», no aconsejaban llevar a los críos hasta los diez meses (cuando ya tienen conformada y reforzada la columna vertebral), tanto en silla como en remolque, y lo he cumplido al pie de la letra (o casi) con la segunda.
El remolque de la bicicleta
Edad recomendada. Entre 10 meses y 5/6 años.
Ventajas. Puedes llevar un crío o dos, pueden ir despiertos o (muy importante) dormidos sin adoptar posturas raras (según el modelo). Además hay espacio para meter algo de carga. Es más (mucho más) estable que la silla, más vistoso (hasta los coches se fijan) y los críos van más cómodos en pistas y caminos de tierra. Si llueve no se mojan. ¡Ah! Yendo dos no se aburren, y a veces hasta se pelean… Pero, sobre todo, entrenas que da gusto: cuando vas solo, parece que vuelas.
Inconvenientes. De primeras, cuesta una «pasta» (pero a la larga compensa, y, si no, lo vendes o tienes más hijos, para rentabilizarlo). Como tiene más espacio, puedes cargarlo más. Ocupa más que una silla, incluso plegado. Llama más la atención.
Modelos y variantes. Básicamente son muy parecidos, pero podemos encontrar diferencias en cuanto a la sujeción: hasta ahora, la mayoría iban con una lanza al lateral izquierdo de la bici, mientras que ahora hay algunos modelos con sujeción rápida a ambos lados de esta, ligeramente más manejables.
Precios aproximados. Entre 200 y 900 €. El Kool Stop Original, unos 435 €.
Nuestra experiencia. El modelo que nosotros tenemos es el Kool Stop Original y lo que más me gusta de él es la posibilidad de situar los asientos enfrentados (las niñas tenían más espacio para los brazos y piernas, y para sus juegos), y sentados o semi-tumbados (vaya siestas se han echado, especialmente de pequeñas).
Su sistema de sujeción es adaptable a casi cualquier cuadro (excepto los de MTB con freno de disco y algún otro de diseño extraño) y es rápido de usar. Además lo montamos con cubiertas de BMX de 2,1″ de ancho para aumentar la comodidad en pistas forestales.Antes de comprar el Kool Stop, estuvimos utilizando unos días el Burley D’Lite, uno de los remolques con mejores acabados, más ligero que el Kool Stop, pero pudo más en la elección la posibilidad de ajustar los asientos a nuestro gusto. Burley es también más caro, y hay que comprarlo en el extranjero. Marcas como Cannondale, Trek y Schwinn también disponen de algunos modelos. Puestos a comprar un remolque, es mejor hacerse con uno bueno, que al final resulta una buena inversión.
El enganche “trailer” de la bicicleta
Edad recomendada. Desde que el niño es capaz de ir en su propia bici, hasta los 8/9 años.
Ventajas. Pueden realizarse rutas más largas. El chaval aprende a montar en bici. Permite las ventajas del tándem, sin sus problemas de longitud y almacenaje. El niño puede llevar su propia cadencia de pedalada. Además, se siente más útil cuando ayuda a subir una cuesta.
Inconvenientes. Hace falta que el niño ya tenga bici propia y sea capaz de mantenerse en ella, porque puede caer si no se sujeta bien (como en cualquier bici…). Los modelos “completos” solamente sirven para ir enganchados a otra bici, limitando un poco sus posibilidades, y no dejando “independencia” al niño.
Precio: entre los 120 € del Trail Gator, hasta los 500 € de algún modelo “Hi-Tech” de los completos.
Nuestra experiencia. El Trail Gator es el que nosotros utilizamos. A diferencia de los completos, es más barato, no ocupa nada (se puede llevar plegado en la bici del adulto) y permite que el crío utilice su propia bici suelta o enganchada a la de sus padres, de forma fácil (se le puede soltar en ciertas partes del recorrido, para que vaya a su aire). Cuando lo probé por primera vez, mi hija tenía 5 años y ya no cabía “perfectamente” en el remolque, con lo cual podía ser una buena solución para montar todos: el remolque para la pequeña (conmigo) y el gancho para la mayor (con su madre). Por si acaso, la primera prueba la hice yo, sin pasajera. Tras laboriosos ajustes del soporte, y un pequeño recorrido-slalom “en vacío”, salimos mi hija y yo a pedalear: ella volvió encantada y yo más. El resto del verano y el otoño cundieron bastante con el artilugio. Ahora la ocupante es la pequeña, desde que cumplió 4 años. Y ella también encantada… Aunque la marca lo vende como para ser usado en carretera, evitando las pistas y montaña, nosotros lo hemos usado también en estos medios no tan planos ni regulares.
Los críos pueden volverse unos vagos si notan que les llevas, pero también se puede jugar a que nos lleven ellos: mi hija es capaz de empujar su peso y el mío durante una pequeña distancia. Con el Trail-Gator, el niño puede hacer una parte del recorrido él solo, para lo que soltamos la barra de la bici, la recogemos en el soporte que llevamos instalado y… ¡ya hay dos bicis independientes!, lo cual parece más educativo.
El tándem, la bicicleta compartida
Edad recomendada. Desde que llega a los pedales hasta…
Ventajas. Es más rápido, permite recorrer distancias más largas, mayor sensación de “equipo”, lo que les motiva mucho.
Inconvenientes. El principal, el tamaño. Un tándem no entra en cualquier lado (aunque yo lo tengo en un tercero sin ascensor). Hay que acomodar las cadencias de ambos ciclistas. No es muy normal encontrar tallas pequeñas para el copiloto y, por tanto, hay que hacer un poco de bricolaje y buscar los accesorios adecuados.
Precio. Desde 900 € hasta…
Nuestra experiencia. En principio, nuestro tándem estaba preparado para mi mujer y para mí, pero el verano pasado le hice unas pequeñas adaptaciones en el puesto del copiloto para poder acomodar a mi hija mayor: un sillín de su tamaño, bielas recortadas a 150 mm, un manillar de carretera montado hacia atrás, y con las puntas mirando hacia abajo para que le quedara más cerca, un ciclómetro en su manillar… Ahora, la pequeña, que llega justo a los pedales, también quiere montar de vez en cuando.
Francisco Navarro
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