Mucho hay por hacer en vacaciones, desde recargar las pilas, hasta una visita a los abuelos, sin olvidarnos de algunas actividades típicas de épocas señaladas como los pasos de Semana Santa o las rutas de Belenes en Navidad. Otras opciones, en cambio, pueden ser disfrutadas en cualquier ocasión como son las excursiones en familia, pequeños viajes a destinos de los más variopintos.
Ya sea a la vuelta de la esquina, un pueblo cercano o simplemente una ruta por el campo hay que tener en cuenta una serie de factores. Decidir hacer una excursión supone planificar para conseguir la máxima diversión. De esta manera no solo se evitarán problemas mayores, sino ante cualquier revés se podrá responder con la máxima celeridad.
Antes de la excursión
El primer paso básico antes de la excursión es pensar, ¿cuál es el destino? Para ello nada mejor que una reunión en familia en donde se decida todo de forma consensuada. Entre los aspectos que se deberán tener en cuenta: el tiempo del que se dispone, las características del hogar (por ejemplo si hay presencia de algún bebé o niño de menor edad que impida realizar largas caminatas), y por supuesto los gustos de cada miembro.
Una vez que se sepa el lugar al que se va a acudir, comienza la planificación. Si se acude a la nieve, no han de faltar cremas solares, ropa de abrigo e impermeable, gafas de sol, gorros, guantes, etc. Si se elige por una ruta en una localidad cercana, ropa cómoda y un calzado para cubrir las rutas urbanas que se vayan a realizar. Tampoco está de más decidir si se va a comer en algún restaurante, para lo cual siempre es recomendable informarse sobre la oferta de los mismos, o si se opta por llevar bocadillos (en este caso habrá que prepararlos).
En la fase de planificación tampoco está de más guardar algunas provisiones básicas: agua, galletas por si aparece el apetito y algunas piezas de fruta ayudarán bastante. En especial si el trayecto hasta el lugar de la excursión es largo. Ya sea en coche o en otro medio de transporte, con este kit no habrá que preocuparse por la sed ni el hambre repentina entre los pasajeros, ni por supuesto si estas aparecen una vez llegados al destino.
Normas y acuerdos
Antes de empezar la excursión, tanto en casa como al llegar al destino, hay que dejar normas claras. La más importante es que los niños no deben separarse si no es con la compañía de uno de sus padres. Los hijos deben entender que están en un lugar que no conocen y en el que si se pierden, va a ser difícil encontrarlos. De esta forma, si uno de ellos quiere ir al servicio, siempre es mejor avisar y pedir a uno de los progenitores compañía para ir al lavabo.
También hay que dejar normas cívicas preparadas de antemano. No arrojar basura, no molestar a otras personas con las que se comparta espacio, y no alterar el paisaje ya sea rompiendo ramas en los árboles o alterando la fachada de un edificio en el destino urbano al que se haya acudido. Al mismo tiempo hay que recordar que el motivo de la excursión es pasar tiempo en familia, por lo que el uso de móviles y otras pantallas como consolas portátiles estará prohibido salvo que se vaya a contestar a una llamada importante o sacar una fotografía para el recuerdo.
En relación a los móviles es importante que la noche de antes los padres se aseguren de tener las baterías cargadas para que en caso de tener que hacer una llamada de emergencia, el teléfono esté operativo. Tampoco es mala idea un cargador para el coche o una de esas reservas portátiles para ir más seguros en este sentido.
Damián Montero
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