Actualizado 24/07/2024 12:14

El Camino de Santiago, el plan perfecto para la familia

Camino de Santiago en familia- Unsplash
Camino de Santiago en familia- Unsplash - UNSPLASH

Cada 25 de julio celebramos el día del Apóstol Santiago, patrón de España que, según reza la tradición, trajo el cristianismo hasta lo que entonces eran "los confines de la tierra conocida". Durante siglos, el camino que llega hasta Santiago de Compostela ha sido ruta de peregrinación. Hoy es muy sencillo poder disfrutarlo en familia.

Hacer el Camino de Santiago es una experiencia que todo el mundo debería probar porque realmente es transformadora. Y desde que se revitalizó la Ruta Xacobea, a partir de 1993, cada vez está mejor acondicionado para que lo disfruten todo tipo de peregrinos. No hace falta estar especialmente bien preparado para abordar el camino o un tramo de camino. Cada vez es más frecuente encontrar a familias que lo hacen. Estos días que se hablará mucho del Santo, podemos planificar una incursión en la ruta de las flechas amarillas.

1. Hay un camino para cada peregrino. Lo bueno del Camino de Santiago es que las etapas son muy flexibles. Debemos amoldarlas a nuestras capacidades y comenzar con objetivos alcanzables. Todo preparado para las familias. Cada vez son más las familias y los colegios que se animan a hacer el Camino de modo que es fácil encontrar alojamiento y comida adecuados para menores de edad y para grupos grandes.

2. Te pueden organizar las etapas. Hay empresas que prestan servicios de asesoramiento y acompañamiento en el camino. Dependiendo de la edad de los hijos, hay que valorar esta opción para que ayuden con los portes y con las reservas.

3. Valora la opción de varias familias. El camino lo podemos hacer sólo el núcleo familiar. Resulta muy enriquecedor para nosotros y ayuda a establecer vínculos con otros peregrinos. Pero también podemos valorar ir varias familias al mismo tiempo con hijos de edades parecidas. Se les hará menos pesado en los momentos más duros.

4. Ensaya excursiones este curso. Aunque cualquiera puede hacer el Camino, es bueno entrenar un poco en los meses previos con excursiones de un día que nos ayuden a determinar la resistencia de nuestros hijos y los acostumbren a algunas dificultades.

5. Les gustará, pero hoy les da pereza. Cuando propongamos hacer el Camino, no esperemos una acogida espectacular. Las expectativas de partida son muy bajas para ellos, pero debemos confiar en que les gustará porque son muchas las familias que vuelven encantadas.

6. Disfrutad del crecimiento espiritual. Aprovecha el camino para ir más allá de unas vacaciones diferentes. Es un momento de introspección y de oración para los que somos creyentes. Tenemos que vivirlo en plenitud para que volvamos renovados por dentro, desasidos de lo material y con la mirada puesta en el cielo.