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El Roscón de Reyes: una larga tradición de Navidad

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La historia del Roscón de Reyes tiene una larga tradición. Cuentan algunos historiadores que ya desde la Edad Media, y principalmente en Francia, se comenzó a conmemorar la adoración de los Reyes Magos, cristianizando la costumbre pagana de elegir un «rey de las fiestas» en estas fechas.

Con un acto inspirado en el Eclesiastés, se reunían a lo largo de la noche familiares y amigos cercanos en torno a una rosca de pan dulce, en la que se solía esconder una haba, como símbolo del cuerpo de Jesús que con sus padres fue a Egipto, huyendo de la persecución de Herodes.

Roscón de Reyes: un pastel con sorpresa escondida

De ahí procede, exactamente el Roscón de Reyes que ha llegado a nuestros tiempos con ciertas modificaciones. Hoy, como todos sabemos, ya no se suele esconder una haba sino una figurita o pequeño juguete.

La costumbre del pastel de Reyes llegó a nuestro país a través de los soldados repatriados de Flandes. Alcanzó su máxima popularidad durante el reinado de Felipe V.

Por lo general, el Roscón de Reyes tal y como lo conocemos hoy en día, se suele adornar por encima con azúcar y tiras de fruta escarchada. Algunos roscones, además, pueden ir rellenos de nata, chocolate o cabello de ángel.

Una vez preparado el Roscón de Reyes lo usual es partir el pastel en partes iguales. De este modo, la persona, grande o pequeña favorecida con la figurita se le considera como «el rey de la fiesta».

La receta del Roscón de Reyes

Roscón de Reyes, receta

Ingredientes para 6 personas

1/2 Kg. de harina
Frutas escarchadas
40 gr. de levadura de panadería
100 gr. de azúcar
150 cc. de leche entera
1 copita de ron añejo
3 huevos
1 copita de agua de azahar
120 gr. de mantequilla
Ralladuras de naranja y limón
10 gr. de sal.
1 sorpresa resistente al calor

Preparación del Roscón de Reyes

– Amasar la mitad de la harina con la levadura y 100 cc. de leche tibia, hacer una bola y unos cortes en su parte superior. Tapar con un paño y dejar reposar alrededor de 90 minutos en lugar cálido y sin corrientes.

– Batir los huevos con la mantequilla derretida incorporando, poco a poco, la sal, el azúcar, el ron, el resto de la leche, el agua de azahar, las ralladuras de frutas y la harina restante. Amasar el resultado durante unos cuantos minutos.

– Añadir la masa en reposo y trabajar todo enérgicamente hasta conseguir una masa fina y elástica. Cuando tengamos la masa preparada dejarla reposar durante 3 horas.

– Engrasar una bandeja de horno. Después, proceder a amasar ligeramente de nuevo la masa para darle la forma de corona: primero haciendo un rollo y luego juntando las puntas.

– Cuando esté lista, dejar reposar otras dos horas más hasta que suba la masa.

– Pasado este tiempo, pintar con huevo batido y adornar con las frutas escarchadas.

Y, por supuesto, esconder la sorpresa en el interior del dulce. Al finalizar todas estas operaciones sólo quedará introducir el bollo en el horno (precalentado) y dejarlo allí durante unos cuarenta minutos a temperatura media. En caso de que dore muy rápidamente, cubrirlo con una hoja de aluminio hasta que termine la cocción. Un postre ideal para cualquier celebración navideña.

Marisol Nuevo Espín

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