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Relacionan la lactancia materna con una mayor predisposición a comer verduras

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La madre puede contribuir a que el niño coma verduras gracias a la lactancia.

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La lactancia es el primer contacto de muchos bebés con los alimentos. Su nutrición en estos inicios en el mundo que le reporta muchos beneficios a la hora de prevenir problemas de salud como infecciones. Ahora, un nuevo estudio destaca que estos beneficios para los más pequeños no solo se quedan en esta etapa de su vida, sino que se comprueban a largo plazo.

Un nuevo estudio realizado por el Centro de los Sentidos Químicos Monell en Filadelfia, y publicado en American Journal of Clinical Nutrition, destaca que la lactancia materna hace que los niños tengan una mayor predisposición a comer verduras. Un beneficio más que se suma a los ya conocidos de esta práctica que supone el primer contacto de los bebés con la alimentación.

La dieta de la madre

Los autores fundamentaron esta teoría en el hecho de que la lactancia supone un contacto del bebé con los mismos alimentos que la madre come. En este sentido, también hay que destacar que es importante que la mujer incluya las verduras en su dieta habitual. «La experiencia sensorial de cada bebé es única, pero el sabor de su primera comida, a partir de la lactancia, depende de lo que la madre come», explica Julie Mennella, líder del estudio.

Durante esta investigación se distribuyeron a 97 madres en 5 grupos. Durante un mes, tres de ellos bebieron media taza de una bebida creada con zanahoria, apio, remolacha y otras verduras antes de dar el pecho. El primero comenzó cuando los bebés tenían dos semanas de edad, otro a entre un mes y un mes y medio de edad, y el tercero a entre dos meses y dos meses y medio de edad.

Un cuarto grupo de madres tomaron esta bebida durante tres meses, y empezaron cuando sus bebés tenían dos semanas de edad. Por su parte, el quinto y último grupo no bebió nada. El objetivo era comprobar la reacción de los niños ante la introducción de alimentos sólidos en su dieta y la reacción ante el ofrecimiento de las madres.

El resultado mostró que los bebés que se habían expuesto a los sabores de verduras en la leche materna preferían el cereal con sabor a zanahoria en lugar del habitual. Apenas un 8% ciento rechazaron todos los alimentos. Por su parte, los niños del quinto grupo presentaron más problemas a la hora de comer estos productos.

«A través de esos cambios en los sabores, la madre enseña al bebé que esos alimentos son seguros, que son lo que comen y que esos sabores existen», explica Mennella sobre los resultados encontrados. Un aprendizaje que atiende a la exposición repetida y que favorece la introducción de las verduras en la dieta de los niños.

Conseguir que coman verduras

La introducción de verduras puede convertirse en un asunto muy complicado ya que muchos niños ven en estos alimentos algo que evitar y optan por el consumo de otros productos. Estos son algunos consejos para tener éxito en esta empresa:

– Nada de castigos. En algunas ocasiones se amenaza al niño con que o se porta bien o una comida será intercambiada por verduras. Esto es un error ya que indirectamente se le está diciendo al niño que estos platos son algo malo por lo que debe pasar alguien con un comportamiento malo.

– Imaginación en la cocina. Comer verdura no es sinónimo de ensalada. Estos ingredientes se pueden combinar de muchas formas a la hora de cocinar. Busca recetas divertidas que atraigan a los niños, cocínalas con ellos e incluye estos alimentos en su dieta de esta forma.

– Una zanahoria en lugar de chocolatina. En lugar de que cuando el niño tenga hambre a media mañana se le de un snack como patatas fritas, se le puede dar una zanahoria para calmar este apetito.

– No dejarlo pasar. Cuando el niño va creciendo y va conociendo lo que le gusta y lo que no es importante no concederle siempre lo que desea. Aunque en algunas ocasiones rechace las verduras, estas deben seguir presentes en su dieta y no dejarlas de lado a favor de otras comidas esperando que más adelante el menor las acepte.

– Un plato único. Salvo que el niño presente alergia a algunos alimentos, el menú debe ser el mismo para todos. Si el resto de la familia come verduras, él no puede comer filetes porque no le apetece este plato. El menor debe comprender que en la mesa se sirve un solo plato para todos y que debe comerlo igual que el resto.

– Predicar con el ejemplo. No se le puede pedir al niño que coma verdura si los padres la dejan de lado en cada comida. Desde muy pequeño, el menor debe ver cómo sus referentes comen estos alimentos y lo hacen de buen gusto.

Damián Montero

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