La comida basura es junto con el sedentarismo uno de los causantes de la expansión de los casos de obesidad y sobrepeso. Por mucho que se advierta a los niños sobre los peligros de estos menús la televisión se encarga por otro lado de hacerla atractiva y vender estos alimentos como algo divertido que gustará más.
Por este motivo los padres deben saber cómo combatir la publicidad que visionan los niños y que hacen de la comida basura un producto muy atractivo. Saber cómo enseñar a los más pequeños a elaborar un juicio correcto sobre aquello que les conviene comer y lo que no porque a la larga le generará problemas de salud.
La publicidad de alimentos en España
En España existen dos códigos éticos que hacen que la industria alimenticia se autorregule para evitar que la comida basura y otros productos perjudiciales para la salud se aprovechen de la inocencia de los niños para aumentar sus ventas:
– Código PAOS. Sistema de autorregulación que afecta a la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños menores de 12 años y de 15 si la publicidad viene de internet. Sin embargo, tal y como explica la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, quienes se adhieren a este código «no hablan calidad nutricional del producto publicitado ni la frecuencia de emisión de la misma».
– Plan HAVISA. Código que intenta incluir en la publicidad en televisión un mensaje saludable distinto cada mes que incite a moverse más y a tener una dieta variada y equilibrada.
Frenar el efecto de esta publicidad
Esta publicidad tiene un gran efecto sobre los niños debido a su escasa capacidad de juicio. Por este motivo es importante que los padres sepan actuar para evitar que la comida basura se convierta en un deseo para los más pequeños. En primer lugar lo que se recomienda es mantener un clima de comunicación con todos los miembros de la casa. Esto facilitará que los debates se conviertan en algo normal en el hogar.
Los padres deben normalizar la presencia de verduras y frutas en casa desde muy jóvenes. Para ello nada mejor que dejar participar en la cocina a los más pequeños en la medida de lo posible para que se acostumbren a ellas. También es importante destacar el buen sabor de estos alimentos ya que a menudo los niños conciben la comida basura como lo únicamente sabroso y los otros productos como algo desagradable al paladar.
Tampoco hay que hacer ver a la comida basura como una recompensa, como un premio al esfuerzo. Muchos padres reservan estos productos para ocasiones especiales como buenas notas. Hay que hacer ver a los niños que por muy buena que este, es mejor no abusar de ella puesto que a la postre pueden tener importantes consecuencias.
Damián Montero
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