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Los peligros para la alimentación sana del verano

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El verano es una época propicia para ganar peso.

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Helados, barbacoas, comidas en el chiringuito… El verano brinda a las personas una oportunidad de disfrutar de distintos alimentos que marcan esta época estival. Sin embargo, estar de vacaciones no quiere decir que uno haya de olvidarse de mantener una buena dieta. De hecho, esta época altera la nutrición de las personas tal y como indica el estudio realizado por Aora Health.

Según este trabajo en donde han participado más de 300 personas, más de la mitad de los españoles modifican su dieta en las vacaciones de verano. Algo que se traduce en una ganancia de peso que es difícil de reducir tras el periodo estival. Sin embargo, conviene recordar que el hecho de estar en un periodo de ocio, no hay que dejar de lado la buena nutrición.

Helado, estrella del verano

Los datos de este trabajo señalan que el 54% de los españoles modifica su dieta durante el verano. Es decir, si habitualmente consume un menú equilibrado, durante el periodo estival consume otro tipo de alimentos como helados, dulces, refrescos azucarados, y hace un mayor uso de platos precocinados. También aumentan las salidas a restaurantes y otros establecimientos en lugar de quedarse en casa.

Casi el 36% de los encuestados reveló que en su hogar crece el consumo de helados y dulces. Este producto se convierte en una de las estrellas del verano, aunque habitualmente es uno de los alimentos que mayores niveles de azúcar presenta y que más pueden alterar el peso de quienes lo consumen. Los refrescos también crecen durante el periodo estival.

En torno al 23% de las familias en España reconoce que durante el verano beben más bebidas azucaradas y cerveza, en el caso de los adultos. Eso sí, una cifra cercana al 37% afirma que en estas vacaciones estivales realiza un mayor consumo de frutas y verduras. Finalmente casi el 6% de los encuestados explican que en esta época aumentan la cantidad de platos preparados en su dieta habitual.

También los hay que prefieren dedicar el verano a practicar ejercicio para mantenerse en forma. El 55,45% de los encuestados afirma que dedica parte de sus vacaciones estivales a practicar ejercicio como running, salir a caminar, nadar y deportes varios en el agua. Por otra parte, más de la mitad de los participantes también revelan que prefieren recuperar la forma cuando terminen sus vacaciones, para ello afirman que recurrirán a una dieta sana y en donde no se consuman alimentos procesados.



Reglas a seguir

No hay que esperar al final del verano. En esta época también hay que cuidar la alimentación. Para ello basta con seguir algunas pautas básicas en este proceso:

– Mantener una dieta variada y adaptar los alimentos a la actividad que se realiza. Cuidar las cantidades que se consumen

– El tamaño de las raciones debe buscar saciar el apetito, no hay que hacer caso a los ojos sino al estómago a la hora de comer

– Vigilar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, sal y azúcares añadidos.

– Saber repartir los alimentos a lo largo del día. Especialmente durante las noches veraniegas, que hacen que las familias participen en prolongadas comidas que se traducen en digestiones pesadas.

– La mejor bebida es el agua, no los refrescos u otros productos con excesivos niveles de azúcar.

– El sedentarismo, prohibido. El calor invita a quedarse en el sofá bajo el aire acondicionado. Pero hay que moverse, aprovechar las horas de menos temperatura y activar el cuerpo.

Damián Montero

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