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La obesidad, una cuestión de peso: ¿dietas para niños?

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La obesidad afecta actualmente a entre el 10 y el 15 por ciento de los niños y adolescentes de España, situándose como una de las poblaciones con más problemas de sobrepeso de Europa. Los expertos advierten, además, que los niños cada vez se alimentan peor y pasan más horas delante de los dispositivos electrónicos, en detrimento de la práctica de ejercicio físico.

Los endocrinólogos temen que, si la tendencia sigue creciendo, en pocos años la situación de España será comparable a la de Estados Unidos, donde más del 30 por ciento de la población es obesa y más del 50 por ciento tiene sobrepeso.

La obesidad tiene dos causas principales

La obesidad es un exceso de grasa corporal que por lo general, y no siempre, se ve acompañada por un incremento del peso del cuerpo. Las causas de la obesidad son múltiples, e incluyen factores tales como la herencia genética, el funcionamiento del sistema nervioso, endocrino y metabólico de cada individuo, y el tipo o estilo de vida que se lleve.

En conjunto la mayoría de los expertos apunta como origen de la obesidad dos principales causas:

1. Mayor ingesta de calorías que las que el cuerpo gasta.

2. Menor actividad física que la que el cuerpo precisa.

Evidentemente, si se ingiere mayor cantidad de energía de la necesaria ésta se acumula en forma de grasa. Por el contrario, si se consume más energía que la necesaria es entonces cuando el cuerpo pasa a utilizar la grasa como energía. La obesidad es, por tanto, el resultado de alteraciones en el equilibrio de entrada/salida de energía.

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La obesidad y la herencia genética

Es cierto que la herencia tiene un papel importante en lo que a la obesidad se refiere. De hecho, cuando unos padres son obesos el riesgo de que sus hijos lo sean es 10 veces superior a lo normal. Todo ello, es en parte debido a tendencias metabólicas de acumulación de grasa, pero también a que los hábitos culturales alimenticios y sedentarios contribuyen a repetir los patrones de obesidad de padres a hijos.

Otra parte de los obesos lo son por enfermedades hormonales o endocrinas que pueden ser solucionadas mediante un correcto diagnóstico y tratamiento especializado.

El índice de masa corporal, ¿qué es el IMC?

La presencia de la obesidad se suele determinar midiendo el índice de masa corporal (IMC) de cada persona. El IMC es igual al peso de una persona en kilogramos dividido por su altura en metros cuadrados (IMC+Kg/m2). Para la mayoría de los expertos, esta sencilla fórmula es un indicador relativamente bueno de la grasa corporal.

Si el IMC de un niño o un adulto es mayor que el del 85% de las personas de su misma edad o si está subiendo de forma anormal, es cuando se debe realizar un estudio en profundidad de los hábitos alimenticios y la actividad física.

En la mayoría de los casos, el tratamiento de la obesidad se centra en cambiar los hábitos alimenticios, principalmente disminuyendo la cantidad de comidas densas en calorías, altas en grasa y en azúcar, comidas «vacías» de nutrientes e incrementar el consumo de frutas frescas, verduras, granos enteros y productos lácteos bajos en grasas. Para la mayoría de las personas obesas, el objetivo no debería ser bajar de peso sino disminuir el aumento de peso o mantenerlo.

¿Dietas para niños?

En el caso de los niños, particularmente los bebés, nunca deben seguir una dieta sin la estricta supervisión de su pediatra. Los hábitos de ejercicio del niño deben tratarse de la misma forma, con el fin de asegurar que el niño quema calorías mediante un ejercicio físico equilibrado sumado a un consumo limitado de las mismas.

Conviene recordar que, como en el caso de los adultos las dietas de los niños a veces disminuyen su peso, pero al menos que se cambien los hábitos, vuelven recuperarlo con el tiempo. Una familia puede evitar el aumento de peso estableciendo buenos hábitos alimenticios y de ejercicio desde el principio.

Es FALSO que:

– El agua ingerida durante la comida engorde.
– La margarina vegetal tenga menos calorías que la mantequilla.
– La miga de pan tenga menos calorías que la corteza.
– La leche desnatada tenga menos proteínas que la leche entera.
– Las vitaminas engorden.
– La sal engorde.
– Algunos aceites vegetales tengan menos calorías.
– Varíe el calcio y las proteínas de los productos lácteos desnatados.

Marisol Nuevo Espín

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