La obesidad infantil se ha convertido en uno de los grandes problemas de la actualidad. La vida sedentaria y el aumento de las comidas con altos niveles de grasa explican los altos índices de sobrepeso en las nuevas generaciones. Un contexto que da lugar a numerosos problemas como la diabetes y, a la larga, afecciones cardiacas entre otras.
Un ejemplo es el aumento de los problemas a largo plazo por culpa de la obesidad. Un motivo más para que los padres tengan en cuenta lo que ponen encima de la mesa y velen por la buena nutrición de sus hijos. Nunca hay que olvidarse de que lo que se haga hoy tendrá efectos mañana, tanto para bien como para mal.
Problemas a largo plazo
¿Cómo afecta la obesidad a largo plazo? El estudio ‘Obesidad infantil y el deslizamiento de la epífisis de la cabeza femoral’ analizó los casos de 597.07 niños de cinco a 6 años y de otros 39.468 de 11 a doce años. El objetivo era analizar su Índice de Masa Corporal a esas edades y comprobar cuantas posibilidades había de que cambiara sus problemas de peso con los años.
El 75% de los niños de entre 5 y 6 años no presentaron cambios en su Índice de Masa Corporal al cumplir los 12 años. Una situación que acarrea problemas, como en este caso un deslizamiento de la epífisis de la cabeza femoral. En concreto, los niños con obesidad tenían 20 veces más posibilidades de terminar padeciendo un problema en sus caderas a la larga.
Esto se debe a que la estructura ósea de los más pequeños, todavía en desarrollo, aguanta un peso para el que no está preparada. Algo que termina derivando en estos problemas en las caderas por el desgaste prematuro de las mismas. Los autores del estudio destacan que si bien la mayoría de estas alteraciones puede solucionarse con una cirugía menor, hay que tener en cuenta la importancia que conlleva cualquier intervención quirúrgica.
Prevención de la obesidad
La prevención de la obesidad es posible siguiendo rutinas como las siguientes:
– Alimentación variada. Comer de todo y de forma equilibrada siempre es mejor que eliminar un grupo alimenticio o centrar una dieta en un solo producto.
– Nunca saltarse el desayuno y hacer de este la comida más importante del día, así se evitará picar entre horas durante la jornada.
– En la dieta nunca deben faltar las pastas, el pan o el arroz, así como las legumbres.
– Moderar el consumo de grasas, vigilar la cantidad de fritos que se incluyen en el menú de los más pequeños.
– Tener vigilada la cantidad de azúcar añadida que comen los niños y evitar prácticas como por ejemplo añadir este ingrediente a productos que ya lo tienen de base, como por ejemplo un yogur.
– Involucrarse plenamente, no hacer de estos puntos una misión exclusiva de los niños. Padres y madres también deben aceptar estas normas y predicar con el ejemplo.
Damián Montero
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