Los vómitos son muy desagradables tanto para niños como para mayores. En la mayoría de los casos se deben a virus como la gastroenteritis y no necesitan tratamientos específicos ni que nos preocupemos, salvo cuando el pediatra lo estipule por algún motivo concreto. Aun así, hay algunos trucos para tratar los vómitos o, al menos, a tener más en cuenta mientras se pasa el virus.
Tumba a tus niños si tienen vómitos
La American Academy of Pediatrics aconseja tratar de mantener a nuestros hijos tumbados sobre el estómago o de lado el mayor tiempo posible. Según explican, esto minimizará las posibilidades de que nuestros niños puedan inhalar el vómito si lo echan mientras están dormidos y son pequeños.
Cuidado con la deshidratación tras los vómitos
Uno de los mayores peligros de los vómitos es que nuestros hijos se deshidraten, por lo que si continúa vomitando, es esencial que se asegures de que no se deshidrata, es decir, que no pierda demasiada agua, pues puede convertirse en algo grave.
Para evitar que nuestros hijos se deshidraten, la American Academy of Pediatrics aconseja que los niños tomen suficientes líquidos como para «restaurar» lo que se ha perdido, es decir: seguir dándoles para que beban. Esto es especialmente importante conforme más pequeño sea nuestro hijo.
Hay que tener cuidado con el líquido porque será normal que tu hijo tenga sed después de vomitar, pero si bebe mucho también será normal que vuelva a vomitar, por lo que hay que dárselo en pequeñas cantidades, y mejor si tiene azúcares (como zumos, agua o leche).
Ahora bien, si los vómitos van acompañados de diarreas, lo preferible en esta ocasión es darle soluciones de rehidratación oral que se venden en farmacias.
Cambia la dieta de tus hijos si tienen vómitos
Para las primeras 24 horas de cualquier enfermedad que causa vómitos, es importante que nuestros hijos coman, aunque tampoco debemos forzarles. Anímale a que tome alimentos sólidos (preferiblemente, que sean suaves, como arroz cocido, y nunca con mucha grasa o azúcar) y a que beba agua en pocas cantidades.
Cuando se recupere podrá volver a comer con normalidad, y él mismo te lo pedirá: si recupera el apetito es probable que sea síntoma de que las cosas van bien y le queda poco al virus, pero mejor mantener un poco más la dieta blanda.
¿Cuándo ir al pediatra?
Como hemos dicho, los vómitos no tienen por qué ser preocupantes, pero sí hay casos en los que lo mejor es ir al pediatra, sobre todo si deseas dar medicinas a tu hijo: jamás le mediques sin que el médico te lo diga. Por ello, ve al pediatra cuando tu hijo no pueda retener líquidos ni sólidos de ninguna manera (los vomita continuamente, por ejemplo) o si notas que los síntomas empeoran, sobre todo si es pequeño.
Ángela R. Bonachera
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