MADRID, 16 Mayo
La prolongación del periodo de lactancia puede llegar a disminuir en un 60 por ciento el riesgo de ser celiaco, siempre y cuando se introduzca el gluten a partir de los cuatro meses de edad. Esta enfermedad se caracteriza por una intolerancia al gluten y se calcula que uno de cada 80 niños españoles la sufre.
Según explica el presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, Luis Peña, la leche materna contiene un «gran número» de componentes que ayudan y protegen al niño a través de una serie de mecanismos biológico complejos, incluyendo la creación de defensas de las infecciones y el desarrollo de la tolerancia frente a antígenos alimentarios.
Asimismo, los expertos señalan que los niños celiacos presentan una predisposición genética a la enfermedad por lo que, a su juicio, contar con familiares celiacos constituye un factor de riesgo añadido importante.
En este sentido, aunque la patología puede debutar a lo largo de toda la vida de una persona, datos del estudio ‘REPAC’ reflejan que la edad media del diagnóstico es de 3,7 años, registrándose el 42 por ciento de los diagnósticos en niños de entre 2 y 6 años. Además, el 70 por ciento de los casos presenta formas denominadas clásicas –con diarrea crónica, pérdida de peso y distensión abdominal–, aunque el síntoma más frecuente en menores de 6 años es la distensión abdominal y, en los mayores, la disminución del apetito y la deficiencia de hierro.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO PRECOCES
Asimismo, los expertos coinciden también en señalar que un diagnóstico y tratamiento precoces pueden evitar problemas a largo plazo como, por ejemplo, la osteoporosis y la osteopenia. Además, pueden contribuir a disminuir el riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes asociadas a esta patología.
En este sentido, Peña insiste en que la mejor garantía de un diagnóstico a tiempo y eficaz pasa por garantizar una asistencia especializada. «Es fundamental que los menores sean atendidos por el especialista pediátrico, el único conocedor de los criterios diagnósticos necesarios para ofrecer un correcto manejo de la enfermedad», indica tras reiterar la importancia del reconocimiento oficial de las especialidades para preservar esa atención de calidad.
Y es que el hecho de que sean especialistas pediátricos los que atienden a los pacientes celiacos ha hecho que se diagnostiquen cada vez más casos, llegando incluso a multiplicar por diez el número de casos con respecto a los años 90 y situando a España entre los países europeos con mayor incidencia en población infantil.
«Estamos en la media europea en número de casos, pero gracias a la formación de nuestros pediatras y a las nuevas técnicas de diagnóstico somos capaces de incrementar la detección, lo que prevendrá múltiples enfermedades en el futuro», concluye Peña.