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Identifican un potencial tratamiento para la leucemia infantil letal

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MADRID, 17 Abril

Científicos del Centro Médico de la Universidad de Columbia han demostrado que dos enzimas relacionadas -fosfoinosítido-3-quinasa (PI3K), gamma y delta- desempeñan un papel clave en el desarrollo de la leucemia linfoblástica aguda de células T (LLA-T), una leucemia infantil altamente agresiva, que es difícil de tratar.

El estudio también mostró que un inhibidor doble de PI3K gamma/delta -desarrollado por Gilead Sciences- puede prolongar significativamente la supervivencia en un modelo de ratón de la enfermedad.

El estudio, publicado en la revista ‘Cancer Cell’, muestra además que el inhibidor dual previene la proliferación, y para reduce a tasa de supervivencia de las células T humanas.

«Claramente, tenemos un medicamento muy eficaz contra este tipo de cáncer, en ratones», afirma el líder del estudio, Thomas Diacovo, profesor de Pediatría y Patología y Biología Celular en la Universidad de Columbia, quien añade que, «si esta estrategia de tratamiento puede, de manera segura, atacar selectivamente la actividad de estas enzimas en las células T de los tumores, en humanos, podría ser capaz de reducir la necesidad de usar quimioterapia convencional. Este sería un importante avance para ayudar a reducir la toxicidad de los medicamentos en los pacientes jóvenes».

La LLA-T es un cáncer que se origina durante el desarrollo de las células T, un tipo de glóbulo blanco; entonces, las células T anormales se multiplican rápidamente, invadiendo y alterando la función de los órganos vitales. LLA-T, por lo general, comienza en la infancia, pero también puede aparecer en la edad adulta.

La enfermedad se produce por mutaciones en el ADN, que permiten que las células cancerosas continúen creciendo y dividiéndose; si no se trata, LLA-T es invariablemente fatal. Esta enfermedad es altamente resistente a la quimioterapia, en comparación con otras formas de leucemia, y la tasa de recaída es del 25 por ciento en niños, y del 50 por ciento en ladultos.

En estudios anteriores sobre enfermedades autoinmune, Diacovo y su equipo encontraron que la inhibición de PI3K, tanto gamma, como delta, no sólo reduce la inflamación, sino que también provocaba que as células T murieran a un ritmo acelerado. «Esto nos llevó a preguntarnos en qué estados de la enfermedad sería ventajoso matar a las células T aberrantes», explica el experto, «y una de las primeras enfermedades en la que pensamos fue la LLA-T».

El estudio actual fue diseñado para observar más de cerca el papel de estas enzimas en la LLA-T, y para probar si un inhibidor de PI3K experimental, llamado CAL-130, podría afectar a la progresión de la enfermedad.

En la primera parte del estudio, utilizando un modelo de ratón de la enfermedad, el doctor Diacovo y su equipo, dirigidos por el doctor Subramanian, confirmaron que las enzimas PI3K gamma y delta son esenciales para el desarrollo de la LLA-T, y la supervivencia de las células leucémicas. Los investigadores también demostraron que la administración de CAL-130 redujo significativamente el número de células T en los animales, en general.

«El nivel de las células leucémicas circulantes cayó muy rápidamente, de un promedio de 100 millones por ml, a menos de 1 millón por ml., en entre 24 y 48 horas», afirma Diacovo. La media de supervivencia de los ratones tratados con CAL-130 fue de 45 días, en comparación con los 7,5 días de los controles no tratados.

Los investigadores también evaluaron los efectos de la CAL-130 en muestras de sangre tomadas de pacientes con LLA-T; observando que la droga impide la proliferación de las células leucémicas, y promueve un mecanismo de autodestrucción, llamado apoptosis.

«Se han conseguido grandes avances en el tratamiento de las leucemias agudas linfoblásticas infantiles en los últimos años, con una tasa de curación cercana al 90 por ciento», explica Diacovo, quien agrega que, «desafortunadamente, este no es el caso de LLA-T. Además, el tratamiento convencional de quimioterapia para estar enfermedad es bastante tóxico -un problema particular para los niños, que tienen una vida entera por delante, y son propensos a desarrollar cánceres secundarios y otras complicaciones como resultado de su tratamiento».

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