8 Agosto, 2013
Beber dos tazas de chocolate al día puede ayudar a las personas mayores a mantener su cerebro sano y sus habilidades de pensamiento agudas, según un estudio publicado este miércoles en la edición digital de la revista ‘Neurology’.
En el estudio participaron 60 personas con una edad media de 73 años que no tenían demencia. Estos individuos bebieron dos tazas de chocolate caliente diarias durante 30 días y no consumieron ningún otro tipo de chocolate durante el estudio. Se les realizaron pruebas de memoria y habilidades de pensamiento, además de tests de ultrasonidos pruebas para medir la cantidad de flujo de sangre que llega al cerebro.
«Estamos aprendiendo más sobre el flujo sanguíneo en el cerebro y su efecto en las habilidades de pensamiento«, argumentó la autora del estudio, Farzaneh A. Sorond, de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, Estados Unidos, y miembro de la Academia Americana de Neurología.
«A medida que las diferentes áreas del cerebro necesitan más energía para realizar sus tareas, también tienen necesidad de un mayor flujo de sangre. Esta relación, llamada acoplamiento neurovascular, puede desempeñar un papel importante en enfermedades como el Alzheimer«, apostilla.
De los 60 participantes, 18 tenían deteriorado el flujo de sangre al inicio del estudio. Aquellas personas tuvieron una mejora del 8,3 por ciento en el flujo de sangre a las áreas de trabajo del cerebro al final del estudio, mientras que no hubo mejora para los que comenzaron con el flujo sanguíneo normal.
Las personas con problemas de flujo sanguíneo también mejoraron sus tiempos en una prueba de memoria de trabajo, con puntuaciones pasando de 167 segundos al comienzo del estudio a 116 segundos al final, mientras no hubo cambios en los tiempos para las personas con el flujo sanguíneo normal. Las exploraciones con resonancia magnética realizadas en 24 participantes para buscar pequeñas áreas de daño cerebral encontraron que las personas con deterioro del flujo sanguíneo eran más propensos a tener estas áreas de daño cerebral.
«Se necesita más trabajo para probar un vínculo entre el cacao, los problemas de flujo de sanguíneo y el deterioro cognitivo», concluyó Paul B. Rosenberg, de la Escuela de Medicina Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos, quien escribió un editorial que acompaña al estudio. «Pero este es un primer paso importante que podría orientar futuros estudios«, resaltó.