El autismo en niños es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por una alteración en la capacidad de comunicación, por dificultades en las relaciones sociales y por mostrar un patrón de conducta repetitivo y estereotipado. A nivel mundial, de 3 a 6 de cada 1.000 niños tienen autismo, un trastorno que afecta más a los varones que a las mujeres.
Los trastornos del autismo en niños son trastornos neuropsiquiátricos con una gran variedad de alteraciones clínicas que afectan de distinta manera a los pacientes.
Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD), entre los que se encuentra el autismo, se caracterizan porque los afectados tienen dificultades para desenvolverse en diversas áreas: la comunicación (verbal y no verbal), la interacción social, y la realización de actividades, que se ve limitada en número y presenta un patrón repetitivo y monótono.
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El diagnóstico del autismo
El diagnóstico del trastorno autista sirve para descartar otras patologías como la esquizofrenia o los trastornos de audición. Se compone de distintas pruebas cognitivas y de lenguaje, así como de una evaluación neurológica detallada. En función del grado de afectación y las habilidades comprometidas, estos pacientes pueden ser diagnosticados de un tipo u otro de alteración del espectro autista. Así, los niños con síntomas autistas pero con habilidades de lenguaje bien estructuradas y desarrolladas, suelen ser diagnosticados de «Síndrome de Asperger», mientras que si reúnen un conjunto marcado de síntomas de carácter autista, pero no los suficientes para conformar autismo clásico, se suele realizar un diagnóstico de «Trastorno generalizado del desarrollo no especificado».
El diagnóstico del autismo en niños se establece atendiendo a distintos síntomas como el grado de desarrollo del lenguaje, la edad en que aparecieron los primeros síntomas y la severidad del trastorno. No existen pruebas médicas específicas que determinen de qué trastorno del espectro autista se trata. El diagnóstico del autismo en niños está basado en la observación de las manifestaciones clínicas y en las entrevistas con el paciente y su familia.
Síntomas del autismo por edades
Síntomas del autismo en los primeros doce meses del bebé
– El rostro materno no le causa interés ni ofrece respuesta alguna.
– No reacciona frente al abrazo de su madre.
– No sonríe más allá de los 4 meses de vida.
– Las muestras de alegría no están justificadas ante acontecimientos de tipo social.
– Presenta un llanto no justificado de tiempo prolongado.
– No responde cuando le llaman por su nombre.
– No puede diferenciar a sus familiares.
– Carece de interés social.
– Escaso interés por el entorno.
– No llama la atención y puede permanecer demasiado tiempo en la cuna.
– Es indiferente a los estímulos como al juego y a las carantoñas.
Síntomas del autismo en el segundo y tercer año del niño
– Carece de respuestas emocionales hacia sus padres, abuelos, hermanos*
– Llanto sin control ni causa aparente
– Temor ante los ruidos.
– No juega con objetos.
– Retraso en la adquisición de hábitos de higiene personal.
– Control de esfínteres ausente o deficiente.
– Ausencia de comunicación verbal.
– Ausencia de contacto visual.
– Presencia de movimientos repetitivos estereotipados (automecerse, golpearse la cabeza, aletear las manos).
– No presenta respuesta dolorosa.
Síntomas del autismo en la niñez
– Tendencia compulsiva al orden de los objetos.
– Ausencia de comunicación de vivencias y autoexperiencias.
– Comunicación verbal escasa y de tipo repetitivo e inusual.
– Muestra los rasgos distintivos de etapas anteriores y tienden a acentuarse.
– No puede vestirse solos.
– No se relaciona ni juega con otros niños.
– Presenta arrebatos contra sí mismo o contra el entorno de elevada intensidad y sin causa aparente.
Síntomas del autismo en la adolescencia y en la etapa adulta
– Son similares a los del retraso mental porque dependen de otros actores como:
– El lenguaje: tienen dificultades para expresar necesidades, lo que puede ocasionar frustración y otras alteraciones emocionales.
– Los hábitos de autoayuda: para su higiene personal, alimentación, vestimenta… necesitan ayuda. Solo a través del entrenamiento precoz el sujeto podrá lograr esa independencia de ejecución.
Marisol Nuevo Espín
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