Llegó el verano y toca aprovechar todas las cosas típicas del periodo estival. Visitas a la playa, jornadas en la piscina, frescas jornadas de senderismo en el campo y cómo no, disfrutar de un helado. Este producto es muy variado y cuenta don distintos sabores, desde los clásicos de vainilla o chocolate, hasta otros como los de gusto similar a los de la gominola.
Elegir un sabor es algo personal, pero no es algo exento de mitos. Uno de ellos el que cree que a mayor nivel de grasa presente en el helado, mejor gusto tendrá. De desmentir este asunto se ha encargado el estudio realizado por el Departamento de Ciencia de los Alimentos de la Universidad Estatal de Pensilvania y que ha sido publicado en Journal of Dairy Science.
Las materias grasas no influyen
Para determinar si la grasa podía influir de algún modo en el sabor del helado, los investigadores se evaluó el efecto que tenía reemplazar la grasa con maltodextrina y determinar el grado de satisfacción de de los consumidores. Para ello se utilizó el sabor vainilla, el cual fue presentado a los participantes con distintos componentes.
Concretamente los helados que se concedieron a los participantes presentaron distintos porcentajes de materia grasa: 6, 8, 10, 12 y 14%. En cada uno de ellos se incluyeron diferentes niveles de maltodextrina con 8, 6, 4, 2 y 0% de maltodextrina, con el fin de equilibrar la mezcla de este producto.
Los investigadores realizaron varias pruebas después tras guardar 19 semanas estos helados a -18ºC para evaluar los cambios en el sabor que podían derivarse de esta acción después de su almacenamiento prolongado y a temperaturas desfavorables. A continuación, se practicaron distintos test con el fin de determinar posibles diferencias en el sabor de los consumidores.
Después de su almacenamiento, los helados con 6, 12 y 14% de grasa no presentaron diferencias en la satisfacción de los consumidores en comparación con el helado fresco. En los casos de los productos con un 6% y 4% de maltodextrina mostraron una caída significativa en la aceptación respecto productos sin haber pasado por la cámara frigorífica y con idéntica composición.
Sin embargo, los casos de los helados con niveles de grasa entre 6 y 12% de grasa, y su correspondiente compensación con maltodextrina, no presentaron diferencias de sabor remarcadas por los usuarios. Es decir, un mayor nivel de estos ingredientes no influye de ninguna manera en el gusto de estos productos, por lo que decantarse por los productos más sanos asegurará una experiencia idéntica.
La dieta del verano
El verano es una época en donde la alimentación en el hogar se suele alterar. Así lo indicó el estudio realizado por Aora Health y en donde se demostró que más de la mitad de los españoles modifican su dieta en las vacaciones de verano. En esta época aumenta la presencia de bebidas más azucaradas y del mencionado helado, que aporta una mayor cantidad de grasas al organismo.
Casi el 36% de los encuestados reveló que en su hogar crece el consumo de helados y dulces. Este producto se convierte en una de las estrellas del verano, aunque habitualmente es uno de los alimentos que mayores niveles de azúcar presenta y que más pueden alterar el peso de quienes lo consumen. Los refrescos también crecen durante el periodo estival.
En torno al 23% de las familias en España reconoce que durante el verano beben más bebidas azucaradas y cerveza, en el caso de los adultos. Eso sí, una cifra cercana al 37% afirma que en estas vacaciones estivales realiza un mayor consumo de frutas y verduras. Finalmente casi el 6% de los encuestados explican que en esta época aumentan la cantidad de platos preparados en su dieta habitual.
Damián Montero
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