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Judit Soto: «Nutrición debería ser asignatura obligatoria en Primaria y Secundaria»

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Con más de 50.000 seguidores en Instagram, la joven doctora Judit Soto, MIR de Familia y Máster en Nutrición Clínica, combina en esta red social dos de sus aficiones -la cocina y la fotografía- con la divulgación médico-científica para enseñar a llevar una vida más saludable.

En su cuenta de Instagram (@dracookinghealthy) saca a la luz su gran pasión por la comida sana y sus objetivos son claros: romper con el mito de que comer sano es aburrido y combatir las enfermedades con el tenedor antes que con la pastilla. Pero como el texto es limitado, ahora ha dado el salto al mundo editorial al publicar Salud con razón, un manual que incluye 30 recetas a todo color, para descubrir el poder de los alimentos para prevenir enfermedades.

El poder curativo del tenedor para las enfermedades

¿Cómo surgió tu vocación por la nutrición y qué te llevó a convertirte en una defensora de la auténtica dieta mediterránea?
Pues creo que fue algo muy natural, consecuencia de tener una enfermedad intestinal y querer saber qué alimentos podrían ayudarme a sentirme mejor. Ya desde bien pequeña, con 8-9 años, me gustaba cocinar y hacer mis propias recetas. Con el paso de los años y el hecho de estudiar medicina, cada vez fui adquiriendo más conocimientos y más técnicos. Incluso, tras hacer el examen MIR, hice un máster de nutrición clínica y endocrinología ya que durante la carrera no explican casi nada de nutrición. Y lo poco que cuentan es anticuado, obsoleto, el mismo programa de los años 50. La auténtica dieta mediterránea sería muy diferente a la que llevamos hoy en día, puesto que hasta no hace mucho en los países mediterráneos se vivía y se comía lo que nos daba la tierra. Éramos prácticamente vegetarianos, por lo que alimentos como las carnes, embutidos, huevos, quesos… eran algo excepcional para festivos y domingos. ¡Pero hoy vivimos cada día como si fuera domingo!

De instagramer a autora, ¿qué te llevó a la darlo todo por la divulgación médíco-científica para llevar una vida más saludable?
Utilizo mis redes para dar información de calidad y contrastada acerca de la salud. Así como recetas saludables para romper con el mito que comer sano es aburrido, que es una tortura. Sin embargo, muchas veces los 150 caracteres por post (o 200, no lo sé con exactitud) se quedan cortos para poder explicar todo lo que me gustaría. Y, por lo tanto, un libro es una maravillosa ocasión para hacer llegar toda esta información de una mejor forma y acompañada con gráficos, infografías, estadísticas, etc… que facilitan su comprensión.

Comer bien es sinónimo de bienestar, sin embargo ¿por qué crees que nuestro paladar pone en peligro nuestro bienestar?
Comer bien es INDISPENSABLE para tener bienestar, aunque a veces se hace difícil porque supone cambiar nuestra dieta y eso nos hace salir de nuestra zona de confort. Lo desconocido nos da miedo, nos ponemos en el escenario más terrible de sufrimiento a base de «lechuga y pechuga». Pero no hay nada más lejos de la realidad, una vez se hace el cambio – que es muy aconsejable hacerlo de forma progresiva, sin prisas- nuestro paladar se re-educa y se acostumbra a esos nuevos sabores. Incluso aumenta nuestra sensibilidad. Notamos más el sabor de los alimentos, como cuando uno deja de fumar. Lo mismo nos sucede cuando dejamos la comida ultra procesada, rica en azúcares, sal y grasas insanas.

Somos lo que comemos, pero ¿qué es más fácil prevenir o combatir las enfermedades con el tenedor antes que con la pastilla?
Tal y como dice el refrán: es mejor prevenir, que curar. Esto es así porque cuando tenemos que ir al médico, nos da una pastilla u otro tratamiento ya estamos enfermos. Es decir, que en nuestro cuerpo ya hay daños algunos de los cuales son irreparables y pueden comportar discapacidad. Sin embargo, si actuamos antes de que todo esto suceda (prevención) estaremos consiguiendo evitar la enfermedad y además que nuestros años de vida sean de calidad.

¿Por qué engordamos? ¿Cuál es el verdadero problema de la obesidad?
La obesidad y el sobrepeso deberíamos verlo como algo multifactorial, no simplemente «comer de más». Ya que varios factores nos llevan a quemar menos calorías de las que ingerimos: sedentarismo, estrés (comer es un acto que alivia esa ansiedad que se experimenta), horarios de trabajo larguísimos que dificultan tener tiempo para hacer deporte o cocinar, la limitación con el confinamiento, la gran cantidad de comida procesada a buen precio que hay en los supermercados… no es tan fácil como «comer menos».

Para perder peso la persona tiene que hacer un cambio de todo su estilo de vida: comer saludable, hacer ejercicio, gestionar el estrés, dormir suficiente, llevar una vida activa…

A veces, no nos gusta un alimento porque está cocinado con poca gracia, ¿cómo podemos luchar las madres contra los prejuicios de los niños por la comida del cole?
La verdad que es un tema difícil de solucionar, ya que la mayoría de colegios recurren a caterings para servir las comidas y la prioridad de estas empresas no es ofrecer un producto de calidad y palatable. Sino reducir los costes el máximo posible y tener los mayores beneficios. Las madres y los padres pueden presentar quejas, pero además, luchar desde casa: hacer una tarde de cocinitas con los niños con alimentos vegetales para que se hagan amigos, que los conozcan, los prueben, los saboreen, decidan cómo aderezarlos* como si fuera un juego. Nunca desde el castigo ni los chantajes emocionales, ya que sino crearemos una mala relación con la comida.

Aprender Nutrición desde la infancia, ¿podría ser esencial para prevenir enfermedades asociadas a la nutrición?
Desde mi punto de vista como médico, y teniendo en cuenta las alarmantes cifras de salud pública como que 7 de cada 10 personas mueren de una enfermedad prevenible con un buen estilo de vida, me parece que debería ser una asignatura obligatoria en primaria y secundaria.

¿Cómo podemos cuidar de nuestra salud a través de la alimentación?
Es una pregunta muy difícil de resumir en pocas líneas, en mi libro Salud con Razón ocupa unas 300 páginas.

Como primer paso hacia una alimentación más saludable, lo que más impacto tiene es aumentar el consumo de fruta y verdura (500gr/día mínimo).

Es lo que peor hacemos y lo que más nos ayuda a prevenir.

¿Cuáles son esos ingredientes clave que deberíamos incluir en nuestras recetas para prevenir problemas de salud y cuáles deberíamos eliminar?
La verdad que no hay alimentos milagrosos o «superfoods«, porque lo que cuenta es el conjunto de todo lo que comemos (y todo lo que NO comemos). Un grupo de alimentos que me parece muy interesante son las legumbres, que están caídas en el olvido, pero son muy ricas a nivel nutricional porque aportan proteína vegetal, minerales -como el hierro o el calcio- y son una excelente fuente de fibra, que además de saciarnos, es aprovechada como alimento para nuestra microbiota. En cuanto a alimentos para eliminar todos aquellos ultraprocesados, pero también los embutidos, sopas de brik, salsas* son muy ricos en sal, grasas insanas y azúcares.

¿Cómo sacar el máximo partido a los nutrientes de los alimentos? ¿Cómo cocinar y combinarlos para absorberlos mejor?
Para aprovechar al máximo sus nutrientes debemos respetar el producto, es decir, tomarlos crudos y enteros como en el caso de la fruta: con su piel, evitando zumos y otros procesamientos que eliminan parte de sus nutrientes. Lo mismo con los vegetales, podemos tomar una parte crudos -espinacas, tomates, lechuga, rúcula, zanahorias*- y algunos que sean más difíciles de comer así como la calabaza, los calabacines, las coles, el brócoli, etc podemos optar por cocciones cortas y suaves como el vapor, el horno o un toque de plancha. Eso sí, evitando siempre que nos queden «tostados» ya que habremos perdido gran parte de las vitaminas porque están son termolábiles. En cuanto a combinaciones no hay magia, la que más nos guste. Hay algunas excepciones, como por ejemplo si tenemos anemia por déficit de hierro, en que los alimentos ricos en este mineral debemos tomarlos con los que sean ricos en vitamina C (pimiento rojo, perejil, kiwis…) y evitar tomarlo con aquellos ricos en calcio, oxalatos, cereales o el café/té ya que dificultan su absorción.

Pocas personas pueden renunciar a la sal, a pesar de conocer su riesgo cardiovascular, ¿tienes algún truco para sazonar nuestras recetas sin añadir sal?
La sal es una cuestión de costumbre, de educar a nuestro paladar. Podemos ir poniendo menos sal de forma progresiva y, además, aprender a jugar con las especias y hierbas aromáticas -idealmente frescas-para darle sabor a nuestros platos sin necesidad de añadir sal.

Marisol Nuevo Espín

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