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¡Mi hijo no quiere comer! 10 errores que los padres debemos corregir

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Una de las escenas más temidas en muchas familias es la hora de comer y el deseo de que nuestros hijos coman. Temenos que nos digan ¡no lo quiero o no me gusta! Quizás nos pueda ayudar tener claros determinados aspectos, los cuales a veces pasamos por alto y pueden estar incidiendo negativamente en nuestro propósito.

A veces, los padres con nuestra mejor intención intentamos que nuestros hijos coman, pero no siempre aplicamos la técnica o el modo más adecuado cometiendo errores que, con el tiempo, son más difíciles de solventar, al tener que reeducar a los niños. 

10 consejos para enseñar a los niños a mantener una relación sana con la comida

1. Los niños, pequeños sabios

Es importante destacar la sabiduría interna que tienen los peques. Durante los 3 primeros años los niños se alimentan intuitivamente, saben lo que necesita su cuerpo, tienen capacidad de autorregulación y son conscientes de sus sensaciones de hambre y saciedad. El presionarles y obligarles a comer les podría hacer perder esta sensibilidad interoceptiva causando dificultades y una peor respuesta en la regulación de la ingesta alimentaria.

2. Considerar lo evolutivo

Nuestros peques van a ir teniendo diferentes etapas, primero queriendo probar todo, sobre los 2 años y luego rechazando alimentos que antes incluso comían, o descendiendo la cantidad de la ingesta, a partir de los 3 años hasta los 5 aproximadamente. A partir de los 6 años lo esperable es que el niño vuelva a tener más apetito. Son fases evolutivas, correctas, que necesitan ser transitadas y que forman parte de su desarrollo.

3. Los niños necesitan experimentar

Experimentar con la comida

Para los niños comer debería ser algo agradable, y como son niños debería ser divertido, ellos necesitan experimentar, oler, tocar, espachurrar… permitámoslo, especialmente porque es algo que les va a favorecer, evolutivamente es necesario y es correcto, esto hará que se relacionen con la comida de una manera sana.

4. La calma, el mejor aliado

Los niños necesitan tranquilidad, necesitan ingerir los alimentos con calma y en calma. Es importante que se les facilite esto para que puedan poner su atención en lo que están haciendo, y de manera pausada. Las prisas y el estrés son el enemigo, no nos dejan disfrutar de lo que estamos haciendo en el momento presente, ni de alimentarnos conscientemente disfrutando de los alimentos, masticándolos despacito, degustándolos.

5. Las nuevas tecnologías cuanto más lejos mejor

El momento de sentarse a comer debería ser un tiempo de disfrute y de conexión con nosotros mismos y con nuestra familia, no dejemos que el televisor, móviles o tablets nos saboteen este momento, nos desconectan de todo y de todos.

6. Preparar la comida y poner la mesa entre todos

Niños poniendo la mesa

A los niños les encanta ayudar, se sienten súper útiles y valiosos, valoremos esto y valorémosles, y aprovechemos para preparar juntos la comida, manipular los alimentos, hablar de su procedencia, todo esto hará que la relación con los alimentos sea más cercana. Poner la mesa juntos es otro gran momento que nos une y les da seguridad y valía.

7. Emplatados bonitos

La presentación en el plato debería ser armoniosa, agradable, incluso divertida, no es lo mismo ver una montaña de cosas revueltas que ver un plato al que se le ha dedicado un tiempo de dedicación y de amor, en el que los alimentos están bien colocados resultando agradables a la vista, se pueden hacer formas divertidas, paisajes, caritas, animales…

8. Rutinas, seguridad

Comer a la misma hora, en el mismo sitio, en su silla, con sus cubiertos… todo esto les aporta estructura, seguridad, y tranquilidad. Pero también deberemos ser flexibles si vemos que en algún momento es necesario saltarse la norma y esto implica un beneficio.

9. Ambiente facilitador

Es importante cuidar el espacio que compartimos comiendo, y eso implica que como padres debemos protegerlo, las discusiones o reproches en la mesa hay que evitarlos, la comida no sienta bien cuando estamos enfadados y se nos quita el hambre. Debemos crear un clima amable, cariñoso, cercano y de confianza, donde nuestra disposición de escucha sea activa para lo que necesiten nuestros hijos, es un momento maravilloso para que ellos nos cuenten sus cosas o preocupaciones y el que nos encuentren disponibles es el mayor regalo que les podemos hacer.

10. Respeto y amor

No presionar, no obligar y respetar por encima de todo. Nuestros peques se merecen ser tratados con respeto y amor, acompañarles en las etapas que irán transitando es un deber que tenemos como padres, pero debemos hacerlo desde el cuidado y el respeto.

El Mindfuleating o Alimentación Consciente, trata de todo esto, de relacionarnos de una manera sana con la comida, de alimentarnos poniendo toda nuestra atención, no haciendo que sea un proceso automático, que estemos conectados con nuestras sensaciones internas y estemos conectados con nuestras necesidades y sepamos distinguirlas.

Todo ello repercutirá en una alimentación más sana, más consciente, y por tanto una mejor nutrición. Y esto hará que nuestros peques se alimenten mejor, tengan una relación sana con la comida, con ellos mismos y con nosotros.

Patricia Beltrán Pardo. Psicoterapeuta infantojuvenil y Terapeuta Familiar.

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