Un buen cuerpo es algo a lo que todos aspiramos pero que es muy difícil de conseguir. Evitar al sobrepeso requiere constancia: dietas equilibradas, ejercicio y mucha fuerza de voluntad. Sin embargo la presión social y la búsqueda de soluciones rápidas basadas en la supresión de algún alimento y que hacen bajar rápidamente de kilos a quienes las practican. Pero, una vez finalizado este proceso, lo que se ha perdido regresa.
Estas dietas que hacen que las persones cambien rápidamente de peso son conocidas como ‘yo- yo’ es muy habitual verlas en los jóvenes. La búsqueda de un cuerpo adaptado a los cánones de belleza hacen que se realicen estas prácticas poco efectivas para encontrar el peso ideal y que además tienen bastantes efectos negativos en la salud de aquellos que las realizan.
Riesgo cardiovascular
La salud es la primera perjudicada de estas pérdidas y ganancias de peso tan repentinas y que tienen su efecto en el cuerpo humano. De hecho aquellos que realizan las dietas ‘yo- yo’ tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular tal y como ha revelado un nuevo estudio del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
Los efectos de las fluctuaciones de peso rápidas en el corazón de los pacientes fueron analizados en 10.000 pacientes. Durante 4 años los investigadores tomaron nota de los cambios de peso en los participantes, el tiempo que había pasado para alcanzarse, así como el endurecimiento de las arterias para analizar la situación de su salud cardiovascular.
Tras tomar nota de todos estos aspectos, los investigadores encontraron que aquellos pacientes que habían experimentado cambios de peso más dramáticos tenían un 117% más de posibilidades de morir por un ataque cardíaco. Los investigadores señalan que estas variaciones del IMC tan repentinas terminan por estresar al organismo, lo cual termina por dejar secuelas en el estado cardiovascular de las personas.
Otros problemas derivados
Los investigadores también observaron que el estrés que producen las dietas ‘yo- yo’ en los pacientes también tenían efectos negativos de otros modos. Por ejemplo estas personas eran más propensas a fumar debido al nervioso que su cuerpo experimentaba. Esto, junto con el estado en el que queda el organismo, hace que el riesgo de enfermedades cardiovasculares se incremente.
Los autores explican que si bien perder peso, en los casos en los que se necesite, no es malo, ha de hacerse de un modo adecuado. Lo primero que se tiene que hacer es acudir a un nutricionista que marque el camino a seguir. Este especialista determinará unas pautas que ayudarán al paciente a encontrar un IMC adecuado para su salud y manteniendo una dieta equilibrada.
Esta pérdida de peso debe verse como un objetivo a largo plazo, no como algo que se quiera conseguir inmediatamente. La pérdida de kilos debe ser gradual y no en un breve espacio de tiempo, y nunca debe ser fruto únicamente de la dieta. Al menú recomendado por el nutricionista debe acompañara sesiones de ejercicio diario.
Los especialistas también recuerdan que una vez que se ha obtenido el IMC correcto, este se debe mantener. Al igual que perder peso rápidamente es un problema, ganarlo con la misma celeridad también hace que la salud se resienta del mismo modo. La técnica es la misma: dieta equilibrada y ejercicio diario para mantenerse en forma.
Damián Montero
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