Llegan las vacaciones de verano, tiempo de descanso y en el que las responsabilidades se relajan. No solo en el ámbito educativo o en el de las labores del hogar, la alimentación también se descontrola ante la presencia de productos como helados o las prisas de los viajes en familia que hacen que no haya tiempo suficiente para controlar lo que se pone en la mesa.
Por ello, desde el CPEN de Endocrinología y Nutrición se ofrecen varios consejos para que el verano también sea una época en donde se mantengan unos buenos hábitos de alimentación. Pautas con las que vigilar, sin mucho esfuerzo, lo que se pone en la mesa y de esta forma poder mantener las rutinas que han caracterizado los menús de la familia el resto del año.
No olvidar el desayuno
Las rutinas en casa cambian en verano. Madrugar se convierte en una actividad poco practicada en los hogares y en muchas ocasiones el hecho de posponer la hora de despertar hace que las familias se olviden del desayuno. Pero la comida más importante del día también lo sigue siendo durante el periodo estival y hay que asegurarse de que marque el comienzo de la jornada.
¿Qué alimentos deben componer este inicio de la jornada? El mismo trío que el resto del año: un lácteo, fruta, proteína y cereales. Además la presencia de alimentos como la sandía en esta primera comida del día también ayudará a mantener los niveles de hidratación en esta época del año donde el cuerpo pierde agua por culpa del sudor y refrescará a todos los que estén en la mesa.
Este trío de alimentos también debe recordarse en los viajes. En el caso de que se alquile un apartamento, la compra para estas jornadas debe tener en cuenta lo necesario para el desayuno. Si la opción es un hotel, al bajar las instalaciones donde se sirve esta comida, los padres deben recomendar a sus hijos apostar por estos productos. Además en estos trayectos, cumplir con esta primera ingesta asegurará la energía necesaria para afrontar estas jornadas cargas de actividades.
Hidratación y opciones saludables
Como ya se ha dicho, durante el verano la pérdida de agua en el organismo aumenta el riesgo de deshidratación en los más pequeños. Este organismo recomienda prescindir de bebidas azucaradas para recuperar líquidos y calmar la sed de los más pequeños de la casa. Estos productos deben ser reservados para ocasiones especiales como cumpleaños o fiestas realizadas con motivo del periodo estival.
Este organismo también recomienda opciones más saludables como por ejemplo helados de fruta caseros. Una receta sencilla y que además servirá como un postre que refrescará a los niños tras las comidas. Otro ejemplo es dejar de lado acompañamientos como patatas fritas y optar por guarniciones como ensaladas o alternativas tan simples como un tomate con sal y aceite.
Por último, tampoco hay que olvidarse de la actividad física. Si bien hay que tener en cuenta los horarios de peligro en donde las temperaturas sean altas, se pueden elegir otras alternativas como cursos de natación estivales o aprovechar las primeras horas de la mañana.
Damián Montero
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