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El ayuno intermitente no es mágico, ¿cómo funciona para perder peso?

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Cinco comidas al día. Durante muchísimos años esta era la pauta básica para una dieta saludable. Entre otras ventajas, se apuntaba que comer varias veces al día aporta energía de forma constante al organismo. Como resultado, se acelera el metabolismo y comienza a metabolizar hidratos y grasas de forma constante.

Desde hace un tiempo, sin embargo, el ayuno se plantea como fórmula eficaz, no solo para controlar el peso, también para gozar de un mejor estado de salud.

Existen distintos modos de organizar los períodos de ayuno. «Desde no comer en todo un día, comer solo el 25% de una dieta normal dos días a la semana, comer una vez al mes y durante cinco días consecutivos solo 600/800 calorías o, la práctica más extendida, comer solo durante unas horas al día», explica Vicent Tomás, farmacéutico y nutricionista del Hospital IMSKE.

Ventanas de alimentación

Las ventanas de alimentación son el resultado de fijar unas horas a lo largo del día en las que se come y otras en las que no. «Las personas que optan por este método suelen ayunar durante 16 horas; si bien es cierto que hay quien lo extiende a las 20 horas sin ingerir ningún alimento», matiza Vicent Tomás.

Beneficios del ayuno intermitente

Los partidarios del ayuno intermitente defienden que aporta los siguientes beneficios:
– disminuye la glucosa
– triglicéridos y colesterol total, a nivel del tejido adiposo disminuye la inflamación
– mejora la movilización de ácidos grasos
– tiene beneficios en la reducción del peso corporal
– mejora la sensibilidad a la insulina

Sin embargo, un examen elaborado en 2018 para el proyecto Nutrimedia del Observatorio de Comunicación Científica de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), en Barcelona, señala que «tras el análisis de las evidencias disponibles se ha concluido que, hoy por hoy, la práctica del ayuno esporádico o intermitente por motivos de salud no tiene justificación científica». Esta afirmación se basa en que «los estudios disponibles son escasos, se han realizado con pocas personas, durante un periodo de tiempo breve y además tienen importantes limitaciones metodológicas». Por este motivo, «no se pueden extraer conclusiones sobre los posibles efectos beneficiosos ni descartar tampoco posibles efectos perjudiciales, especialmente a largo plazo».

El proyecto Nutrimedia, liderado por el profesor Gonzalo Casino, destaca asimismo que «la OMS no incluye el ayuno entre sus recomendaciones para prevenir la obesidad y otras enfermedades crónicas, que se centran en mantener una dieta saludable y hacer ejercicio físico habitualmente».

Asimismo, la Asociación de Dietistas del Reino Unido y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer coinciden en reconocer que «a pesar de que se han visto beneficios potenciales para la salud con el ayuno, esta práctica puede provocar importantes efectos adversos (irritabilidad, dificultad en la concentración, trastornos del sueño, deshidratación, deficiencias nutricionales, entre otros), y se desconocen sus consecuencias para la salud a largo plazo».

Perder peso con el ayuno intermitente

Pese a que los defensores del ayuno sostienen que sus beneficios van mucho más allá de la pérdida de peso, lo cierto es que un porcentaje alto de quienes lo practican, al menos en una primera etapa, buscan bajar peso. En este sentido, Vicent Tomás asegura que «el ayuno es una herramienta, no una dieta».

«El ayuno no es mágico; pierdes peso solo si bajas la ingesta calórica», afirma Vicent Tomás. Evidentemente, el ayuno va a funcionar si es una forma de comer menos. Pero no si favorece los «atracones» durante las ventanas de alimentación. «Nos ayudará a perder peso, por ejemplo, si dejamos de desayunar un cuenco de cereales o una cena en un hamburguesería; pero nunca si dejamos de tomar unos huevos revueltos o un pescado al horno y acabamos merendando barritas energéticas o una cena fuera», puntualiza Vicent Tomás.

En cuanto a la capacidad de renovación celular que algunas corrientes atribuyen al ayuno intermitente, Tomás afirma que «el deporte intenso favorece en mucho mayor grado la autofagia (o proceso que renueva las células de forma constante, evitando que se acumulen productos de deshecho y componentes que ya no funcionan bien).

Finalmente, la documentación sobre las ventajas del ayuno lleva a concluir que no hay consenso entre la comunidad científica sobre las supuestas bondades del ayuno intermitente, y que, según sus defensores, no son únicamente fisiológicas.

Marina Berrio
Asesoramiento: Vicent Tomás, farmacéutico y nutricionista del Hospital IMSKE.

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