«Mamá, papá, quiero una mascota«. Esta frase tan habitual en los hogares supone el inicio de una responsabilidad. No solo porque este nuevo compañero animal requiera de ciertos cuidados para asegurar su bienestar, sino porque en algunos casos la opción elegida es más peligrosa de lo que en un principio se pensaba. En los últimos tiempos se han expandido nuevos ‘amigos’.
Reptiles como tortugas o anfibios como ranas se han convertido en mascotas para algunos hogares. Una opción exótica y que merece más atención ya que pueden provocar algunos problemas de salud en los más pequeños de la casa. Por ello, desde el Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas se dan una serie de consejos a las familias que opten por ello.
Riesgo de Salmonella
Desde este organismo se explica que aunque muchas personas creen que la única causa de las infecciones por Salmonella son los alimentos contaminados, también puede existe riesgo a la hora de manipular reptiles (como las tortugas, lagartijas y culebras) y anfibios (como las ranas y salamandras). Incluso aunque no se toquen, los microbios de presentes en sus excrementos pueden contaminar todo lo que rozan, incluidos todos los objetos en su entorno, como los acuarios y los platos de alimentos.
Por este motivo, se recomienda que los niños no tengan tortugas ni otros reptiles como mascotas. Muestra de ello es que en los años 2015 y 2016 enfermaron 202 personas debido a diferentes brotes de Salmonella en Estados Unidos, vinculados a la presencia de tortugas pequeñas. El 40% de estos casos eran menores de 5 años, y algunos individuos que enfermaron, ni siquiera habían tocado las tortugas, aunque las tenían en casa.
Consejos para manipular reptiles
En caso de que el niño entre en contacto con alguno de estos animales por su visita a casa de algún amigo que los posea o una actividad escolar como visitas al zoo, hay que dejar claras estas normas:
– Lavarse las manos después de haber estado en contacto con reptiles y anfibios, o con cualquier otra cosa que se encuentre dentro del área donde estos animales viven.
– Los menores de 5 años y las personas con un sistema inmunitario debilitado no deberían manipular ni tocar los anfibios, reptiles, ni acercarse demasiado a los lugares donde viven estos animales. Ambos son grupos con mayor riesgo de ser hospitalizados por Salmonella.
– Evitar la contaminación cruzada. Mucho cuidado con los alimentos de los reptiles y los equipos y materiales, también pueden estar contaminados. También hay que extremar la higiene si se ha dado de comer a alguno de ellos.
– Nunca dar besos ni abrazos un reptil o un anfibio.
Damián Montero
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