¿Cuántas emociones experimenta un niño? Desde la felicidad por jugar junto a sus padres, hasta el llanto que conlleva la tristeza, hasta la ira que les supone enfrentarse a frustraciones, o enfados. Una explosión que debe ser controlada para evitar males mayores, o conflictos dentro del hogar, o con los familiares más cercanos dentro del hogar.
Tal y como indica la psicóloga infantil y juvenil Katia Aranzabal Barrutia la ira es una emoción que los niños pueden sentir en muchas ocasiones y más cuando son más pequeños. A los padres les toca saber por qué se produce, cuáles son las causas que la provocan y qué hacer para ayudar a sus hijos a controlarla. Para ello, ofrece una serie de consejos que se desarrollan a continuación.
¿Cómo es la ira en niños?
La ira es una emoción primaria y básica y una de las más frecuentes que se pueden observar en niños y adolescentes. Suele manifestarse a través de la rabia, el enfado, el rencor, la furia, la cólera, la tensión, la indignación, exasperación, excesiva irritabilidad, arranques de violencia, o demasiados celos. Puede presentarse en diferentes grados de intensidad, desde la molestia, gasta situaciones bastante desagradables.
Estas son algunas de las situaciones que generan la ira:
– Situaciones que ocurren de forma diferente a la que se quiere.
– Cuando se recibe un trato de forma que se piensa que no se merece.
– Situaciones que van contra la libertad de la persona, o contra los valores que se tienen.
– Cuando se sufre algún tipo de descalificación.
La ira es una de tantas emociones que existen y que tienen finalidad, como es la defensa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que mientras se experimenta incapacita a quienes la sienten para realizar procesos lógicos y cognitivos, impidiendo que puedan razonar de forma efectiva para dar una respuesta correcta. Eso, por no hablar de que da lugar a comportamientos agresivos y violentos, repercutiendo en las relaciones que se mantienen con los demás.
Enseñar a los hijos a controlar la ira
La forma más adecuada de reaccionar frente a la ira, y a aquello que la ha provocado, es la respuesta asertiva. Los padres pueden ayudar del siguiente modo a sus hijos:
– Distanciamiento temporal. Dejar que pase el tiempo desde que se produce el estímulo que da lugar a la ira, hasta que se responde al mismo. De esta manera se contestará desde la calma.
– Aceptar la responsabilidad en el conflicto. Analizar qué responsabilidad se tiene y si se ha actuado de manera correcta, o si se podía haber actuado de otra manera. Una buena herramienta en este sentido es la empatía.
– Actitud positiva. El buen humor es una de las mejores respuestas a las situaciones que generan emociones negativas.
Damián Montero
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