El Ministerio de Educación ha comenzado, a tres meses vista, a preparar el retorno de los más pequeños a la vuelta al cole post Covid-19 y se han anunciado ya una serie de medidas que, como suele ocurrir, ya cuentan con partidarios y detractores.
A la espera de un protocolo final, y tomando como guía el borrador preparado por el Ministerio de Educación, hemos consultado con la psicóloga Pilar Conde, directora de Clínicas Origen, sobre los detalles que podrían marcar la vuelta al cole post Covid19, y también sobre la influencia que la propia pandemia de coronavirus va a tener en los alumnos y en el desarrollo del nuevo curso.
La sensación de calma, tranquilidad y seguridad que se logre transmitir a los niños es importante. Para que se note desde el primer día que se reabran las aulas para todos, hay que preparar a los niños este verano. «La prioridad debe ser evitar que desarrollen miedos que les pueda limitar en su desarrollo y que puedan manifestarse con ansiedad, síntomas físicos o indicios como que no quieran jugar en la calle o que eviten determinados lugares reiteradamente. Es importante que no les hagamos responsables de lo que puede sucederle a los mayores», asegura Pilar Conde.
Para conseguir este objetivo, es esencial que las pautas estén claras y que la información sea precisa, ya que los cambios frecuentes pueden generar incertidumbre e inseguridad en el alumnado. «Los profesores y los colegios necesitan que las medidas sean directas y concretas por parte del Gobierno y éstas deben explicarse muy bien en los centros. Si los niños notan nerviosismo o inseguridad en profesores o cuidadores, será factible que lo sientan como algo propio».
La terapeuta reconoce que «dada la situación excepcional de encierro prolongado por la que han pasado, pueden darse casos de niños que no sólo tengan miedo a volver, también pueden darse miedo al contacto con compañeros, miedo al contagio, y una vez en clase sean presa del nerviosismo al verse rodeados de nuevas normas».
Para evitar que los niños tengan miedo de volver al colegio en septiembre, Pilar Conde recomienda que «se empleen al máximo las vacaciones para que el menor comparta tiempo y juegos con otros niños en entornos abiertos, utilizando las medidas de seguridad, pero funcionando de la manera habitual. El objetivo es que ellos mismos vean que explorar el entorno y jugar acompañados por antiguos y nuevos amigos no les supone ningún daño; que comprueben que no les va a pasar nada».
Si los problemas apareciesen en septiembre cuando el alumno, al volver a clase, se encuentre con que tiene el movimiento restringido, que está rodeado por mamparas o que no puede relacionarse con otros grupos de niños del colegio, habría que analizar otros factores. Entre ellos, declara la experta, «es muy importante que se le hayan explicado bien los motivos por los que se han tomado estas medidas, que los comprenda y, por supuesto, hablar con él sobre la manera en que ha vivido todos los efectos de la pandemia. En el caso de los más pequeños, el juego y las actividades que conduzcan a aprendizajes significativos serán la manera idónea de aprender a normalizar los cambios».
Los detalles de la polémica vuelta al cole post Covid-19
1. Clases de pandemia. En principio, podrían darse clases de pandemia cada mañana en las escuelas. Pilar Conde considera que «el juego y las actividades que produzcan aprendizajes significativos serían la mejor manera de introducir este tipo de contenidos, puesto que la información per sé no genera un cambio de hábitos».
2. Clases en el exterior. Otra medida que no gusta a todos es la de estudiar en el exterior del colegio, en patios, jardines o parques. Más allá de las inclemencias del clima, la psicóloga explica que «estos entornos son adecuados para el aprendizaje y, por lo tanto, para ellos mismos».
3. Comer en el aula. La posibilidad de comer también dentro del propio aula tampoco gusta a todos, ya que es positivo cambiar de ambiente para diferenciar el tiempo de estudio del de descanso. «Si no es posible, -aclara la psicóloga-, habría que marcar muy bien la diferencia de rutinas, por su sabida importancia para la concentración, la atención, el aprendizaje y bienestar general de los estudiantes».
4. En el cole, siempre con la mascarilla. Este es uno de los asuntos más polémicos. Hay que tener en cuenta, por un lado, que en el caso de los alumnos de preescolar resulta muy difícil evitar que se la quiten y, por otro que, aunque nos de miedo a los padres, existen muchos beneficios de estudiar sin mascarilla. La psicóloga Pilar Conde explica que «la conducta no verbal en niños pequeños es clave para que nos entiendan y para entender al otro, por lo que las mascarillas también puede ser una dificultad para una buena comunicación entre y con los niños pequeños. Otro beneficio, es que, al verse sin mascarilla, identificarán el aula con un entorno seguro podrán así jugar y aprender con mayor tranquilidad».
Marina Berrio
Asesoramiento: Pilar Conde. Psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen
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