Realizar tareas cotidianas como asearse, vestirse o ir solos al baño son, sin duda, algunos de los mejores ejemplos de independencia. Entre este cuidar de uno mismo, también reside el hecho de poder alimentarse como uno de los primeros hitos que podemos lograr en la infancia.
En primer lugar, para lograr que estas tareas cotidianas puedan desarrollar la independencia de los niños, es necesario que tengan las oportunidades de realizarlas de forma autónoma y que puedan explorarlas. Precisamente esta es una de las premisas del método Montessori, el ser capaz de cuidar de uno mismo y de la comunidad, por ejemplo, a través de la preparación de la comida. De este modo, la actividad de alimentarse permite desarrollar interesantes competencias para los niños gracias a la repetición.
En los centros educativos con pedagogía Montessori, especialmente en las clases de los más pequeños, se trabaja para que los niños sean los responsables de su propio almuerzo. En el caso de TEMS, The English Montessori School, por ejemplo, se deja la fruta asequible para que ellos puedan cogerla y comérsela cuando les apetezca.
Autonomía infantil a través de la alimentación
En cada aula, puede haber una mesa asignada, de modo que los niños pueden comer solos en ellas e, incluso, invitar a sus compañeros a acompañarlos. Para ello, además, no solo cogen la fruta, sino que deben elegirla y prepararla. Deben poner el mantel y tienen cuchillos adaptados a su edad, para poder cortar la fruta sin necesitar ayuda de un adulto, aunque, por supuesto, siempre se les estará supervisando.
De todo este proceso de preparación, una de las cosas que más llama la atención es observarles preparar su propio zumo de naranja. Pues, sorprende la capacidad para cortar la naranja y exprimir el zumo siendo tan pequeños. Sin duda, este ejercicio es muy positivo para su motricidad gruesa y para coger fuerza en las manos.
Con actividades como esta, los niños disfrutan a la vez que se preparan su propia comida. Además, es una forma de generar en ellos interés por nuevos alimentos. Tanto es así que, cuando los niños han participado en la preparación de su propia comida y no se la dan hecha, son mucho más propensos a probar cosas nuevas.
Tras la comida, aparte, ellos deben ser responsables de recoger y limpiar todos los utensilios que han utilizado: desde recoger la mesa, hasta fregar con agua y jabón, sus platos, vasos o cuchillo. De modo que el siguiente podrá usarlo estando limpio. Además del almuerzo, a la hora de la comida, es importante que los niños participen poniendo la mesa. Una vez que terminan, también deben recogerla. En el caso de las aulas de TEMS, incluso se les anima a recoger sus residuos diferenciándolos para poder reciclarlos.
Enseñar nutrición: aprender más allá de comer
Aparte de estos ejercicios con la comida, que desarrollan su independencia, es muy beneficioso desde edades tempranas hablar con ellos de la importancia que tiene para su salud una alimentación saludable. Comer alimentos variados proporciona diferentes nutrientes, como vitaminas o proteínas. En definitiva, nos aporta la energía que necesitamos para nuestro día a día. Así, también aprenden sobre los alimentos y el por qué es tan importante comer de forma variada.
Todo este proceso va mucho más allá de que los niños hayan sido capaces de comer solos. El hecho de hacerlo les proporciona una independencia muy útil a efectos prácticos, les permite ganar habilidades, les genera mayor determinación y, además, aumenta su concentración. Todo ello, les crea una mayor confianza, les ayuda a conocerse a sí mismos y a sus propias emociones y aumenta una autoestima que se extrapolará en otros muchos aspectos de su vida.
En definitiva, el proceso de aprender a alimentarse es clave en el desarrollo de la independencia a nivel general de los niños, lo cual les ayudará en múltiples aspectos de su desarrollo.
Silvia Morán. Auxiliar de Infantil en TEMS, The English Montessori School
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