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Parentificación, cuando las responsabilidades del niño no son propias de su edad

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La parentificación puede alterar el correcto desarrollo de los más pequeños de la casa y su proceso de maduración.

La parentificación puede alterar el correcto desarrollo de los más pequeños de la casa y su proceso de maduración. – ISTOCK

Crecer significa asumir responsabilidades. Desde la plena dependencia de los bebés hasta la total independencia de la vida adulta hay un espacio de años en el que las personas van evolucionando. En todo este periodo el ser humano va asumiendo una mayor autonomía que se traduce en el hecho de asumir un mayor control sobre la toma de decisiones y labores en casa.

Sin embargo, ¿qué sucede si el proceso se acelera? Es decir, ¿cuál es el resultado de dar al niño responsabilidades que no son propias de su edad, sino que se corresponden con las de un adulto? A este fenómeno se le conoce como parentificación, que puede significar, a la larga, diversos problemas para los más pequeños de la casa, como por ejemplo dificultades para relacionarse con personas de su edad.

¿Qué es la parentificación?

Atendiendo a la definición del Ivan Boszomernyi-Bagy parentificación hace referencia al intercambio de roles entre un padre y su hijo. De esta forma los niños comienzan a asumir roles y responsabilidades atípicas a su edad y para las que no están preparadas emocionalmente. De esta forma se interrumpe el proceso natural de maduración de las personas, alterando la salud mental de los más pequeños.

Los expertos señalan dos tipos distintos de parentificación: instrumental y emocional. Pueden manifestarse tanto respecto a los padres, como a los hermanos (de quienes el niño asume el cuidado)

Por un lado, la parentificación instrumental se manifiesta a través de los siguientes síntomas:

– Tomar responsabilidades porque los padres han demostrado ser incapaces de hacerlo.

– Asumir labores domésticas propias de un adulto y que pueden poner en peligro a los más pequeños.

– Estar a plena disposición de los padres para realizar labores que estos no son capaces de desarrollar.

Por el otro, la parentificación emocional puede resumirse en los siguientes puntos:

– Ser el apoyo emocional de los padres y escuchar todos sus problemas.

– Mediar en los conflictos familiares.

– Servir de confidente de sus padres, al igual que haría un amigo adulto.

– Proporcionar confort emocional a los padres.

Consecuencias de la parentificación

La parentificación supone un salto en el proceso natural de maduración de los más pequeños, una interrupción que tiene consecuencias sobre los niños. Estas son algunas de las que surgen en el corto plazo:

– Ansiedad, en especial a la hora de preocuparse por el cuidado de otros.

– Depresión.

– Saturación de trabajo, para poder asumir las labores del hogar y de la escuela.

– Sentimientos de culpabilidad o vergüenza por no asumir las responsabilidades.

– Aislamiento social.

– Síntomas físicos provocados por la ansiedad y depresión.

Por otro lado, a largo plazo se pueden apreciar las consecuencias de la parentificación:

– Incapacidad para confiar en los demás-

– Sumergirse en relaciones tóxicas.

– Incapacidad para desarrollar el sentimiento de autoridad.

– Dificultad para actuar con plena independencia.

– Mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud crónicos.

– Riesgo de desarrollar ansiedad, depresión y otros desórdenes psicológicos.

Damián Montero

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