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La opinión de los niños según su edad: ¿cuándo hay que tenerla en cuenta?

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La opinión de los niños es un componente valioso, que a menudo subestimamos en la dinámica familiar y social. Desde la más tierna infancia, los niños comienzan a desarrollar preferencias, deseos y perspectivas únicas que reflejan su crecimiento individual.

Al fomentar un entorno donde se les anima a expresar sus opiniones, se les brinda la oportunidad de desarrollar habilidades comunicativas esenciales y de construir una autoestima saludable.

Además, incorporar sus puntos de vista en decisiones familiares no solo refuerza su sentido de pertenencia, sino que también contribuye a un ambiente más inclusivo donde cada miembro se siente valorado.

La importancia de la opinión de los niños se extiende más allá de las paredes familiares, influyendo en su desarrollo emocional y social. Al tener en cuenta sus opiniones en la educación, actividades extracurriculares y decisiones que afectan su bienestar, se les empodera para participar activamente en su propio crecimiento.

Este reconocimiento temprano de sus opiniones contribuye a la formación de ciudadanos informados y seguros de sí mismos, que aprenderán a expresar sus opiniones de manera respetuosa y a contribuir de manera significativa en la sociedad a medida que crecen.

La opinión de los niños según su edad

La capacidad de los niños para expresar sus opiniones varía según su edad y desarrollo cognitivo. No obstante,  estos son algunos de los temas sobre los cuales los niños pueden opinar según su edad:

1. Edades preescolares (3-5 años):

Preferencias personales: Pueden expresar preferencias simples sobre comida, ropa, juguetes y colores.

Actividades y juegos: Tienen opiniones sobre las actividades que disfrutan y los juegos que les gustan.

Relaciones sociales: Pueden hablar sobre sus amigos y compartir experiencias sociales sencillas.

2. Edades Escolares Iniciales (6-8 años):

Intereses académicos: Pueden expresar lo que les gusta o no les gusta en la escuela, incluyendo materias favoritas y actividades.

Opiniones sobre reglas y normas: Comienzan a comprender y opinar sobre las reglas y normas en casa y en la escuela.

Inquietudes emocionales: Pueden expresar sus sentimientos y preocupaciones emocionales de manera más articulada.

3. Edades intermedias (9-12 años):

Opiniones sobre la educación: Pueden tener opiniones más elaboradas sobre la educación, incluyendo preferencias de maestros, asignaturas y métodos de enseñanza.

Intereses y pasiones: Desarrollan opiniones sobre sus intereses y pasiones, como deportes, música, lectura, etc.

Normas sociales y familiares: Comienzan a cuestionar y expresar opiniones sobre las normas sociales y familiares.

4. Adolescencia (13-18 años):

Decisiones académicas y profesionales: Tienen opiniones más maduras sobre su educación futura y elecciones profesionales.

Temas sociales y políticos: Comienzan a participar en conversaciones sobre temas sociales, políticos y medioambientales.

Relaciones interpersonales: Desarrollan opiniones más complejas sobre las relaciones interpersonales, la amistad y el romance.

Es importante recordar que cada niño es único y puede desarrollar habilidades para expresar sus opiniones a su propio ritmo. Fomentar un ambiente de apertura y respeto desde una edad temprana contribuirá al desarrollo saludable de la habilidad de expresar opiniones y participar en conversaciones significativas.

Cuándo es crucial considerar la opinión de los niños

En la dinámica compleja de la toma de decisiones familiares, a menudo subestimamos la importancia de escuchar las voces de los más pequeños. Sin embargo, en situaciones cruciales, tomar en cuenta la opinión de los niños puede ser esencial para fomentar su desarrollo, bienestar y participación activa en la familia.

1. Decisiones que impactan su vida diaria:

Cuando las decisiones afectan la rutina diaria de los niños, como la elección de actividades extracurriculares, horarios familiares o incluso la planificación de vacaciones, darles voz en estas elecciones les brinda un sentido de autonomía y les enseña a tomar decisiones responsables.

2. Cambios significativos en su entorno:

En momentos de cambios importantes, como mudanzas, cambios de escuela o ajustes familiares, involucrar a los niños en la discusión y tener en cuenta sus opiniones puede ayudarles a adaptarse mejor a las transiciones y reducir la ansiedad asociada con lo desconocido.

3. Temas que impactan en su bienestar emocional:

Cuando se trata de asuntos que afectan su bienestar emocional, como problemas en la escuela, amistades o inquietudes personales, es fundamental crear un espacio seguro donde los niños se sientan cómodos expresando sus pensamientos y preocupaciones.

4. Desarrollo de la empatía y toma de decisiones:

Incluir a los niños en la toma de decisiones no solo les brinda una sensación de control, sino que también fomenta el desarrollo de habilidades como la empatía y la toma de decisiones informadas. Esto les ayuda a comprender las repercusiones de sus elecciones y a desarrollar habilidades para la resolución de problemas.

5. Fortaleciendo los vínculos familiares:

Considerar las opiniones de los niños fortalece los lazos familiares al crear un ambiente de respeto mutuo. Los niños se sienten valorados y comprendidos, lo que contribuye a un ambiente familiar más armonioso.

Por tanto, hay momentos cruciales en la vida de los niños donde su opinión no solo debe ser escuchada sino tenida en cuenta. Al hacerlo, no solo les brindamos un sentido de pertenencia y autonomía, sino que también contribuimos a su desarrollo emocional y a la construcción de relaciones familiares sólidas y respetuosas.

Marisol Nuevo Espín

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