En el amplio campo de la educación, cada vez se hace más necesario crear una cultura de la familia -tratando con cariño a los abuelos- y un nuevo humanismo capaz de promover los valores de la persona. Uno de estos valores básicos es el respeto al otro y más si cabe, el respeto a nuestros mayores.
El respeto a los mayores
Es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal; es garantía absoluta de transparencia. El respeto crea un ambiente de cordialidad y seguridad; permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía del cada ser humano y acepta el derecho a ser diferente.
Tratar con cariño a los mayores
Hay que inculcar a nuestros hijos desde pequeños un gran cariño y respeto por las personas mayores, bien sean sus abuelos, vecinos, conocidos mayores o personas desconocidas que se encuentran en la calle. La pérdida de los valores tradicionales hace que cada vez más las personas mayores sean marginadas, e incluso ignoradas, dando a entender su aparente inutilidad para una sociedad movida solamente por las prisas, el estrés y los valores materiales. Pero una persona mayor puede aportar experiencia, formación y cultura a los más pequeños. El cariño y el respeto suele tener un efecto «boomerang»; si no lo damos y enseñamos, es difícil que lo obtengamos en un futuro.
Ideas para educar en el respeto hacia los abuelos
Algunos de los puntos clave para educar a los más pequeños en el respeto a los mayores pueden ser:
– Los niños tienen que hablar siempre con respeto a todas las personas mayores, sean o no conocidos.
– Deben evitar poner malas caras o hacer gestos despectivos cuando los mayores les dicen algo: les cuenten una historia, les digan algún halago, etc.
– Corregirles con firmeza cuando hagan críticas despectivas a sus espaldas.
– Enseñarles a que den siempre las «gracias» y a la hora de pedir, recordarles también que utilicen siempre «por favor».
– Esforzarse en ser comprensivos. Hay que enseñarles a que admitan con buena cara las pequeñas manías, cabezonerías, etc., que puedan tener sus abuelos u otras personas mayores.
– Aprender a escuchar a los mayores. Da lo mismo que la historia o «batallita» la haya contado anteriormente. La felicidad que para ellos supone tener un público entregado, merece la pena.
– Estar muy pendientes de cuando necesitan ayuda: leer una letra demasiado pequeña para ellos, recogerles algo que se les ha caído al suelo, traerles un vaso de agua, etc.
– No permitir que les ignoren, por ejemplo, cuando vienen a casa -los abuelos u otros invitados- y los niños se ponen a ver la televisión, a jugar a la consola o simplemente «desaparecen».
Consejos para tratar a las personas mayores con respeto
– Si estamos esperando en un paso de peatones para cruzar y tenemos a una persona mayor junto a nosotros podemos preguntarle si quiere que le ayudemos a cruzar la calle. Estas pequeñas manifestaciones de cariños son las que más adelante «copiarán» nuestros hijos, aunque no estemos viéndoles.
– Cuando vayamos en el trasporte público, aunque estén muy cansados o cargados con las mochilas del colegio, debemos enseñar a los niños que siempre deben ceder el sitio a las personas mayores, insistiendo con cariño y buena cara.
– En la comunidad de vecinos, al entrar en un supermercado, etc., deben sujetar la puerta para facilitarles el paso. Además de una manifestación de respeto hacia ellos, es un modo de favorecer la convivencia entre quienes nos rodean.
– Es bueno que una vez a la semana los niños llamen a los abuelos no sólo para contarles sus cosas, sino para interesarse por las de ellos, escuchando con paciencia y mostrando interés.
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