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Seguridad en un hogar con niños

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Las estadísticas revelan que el 30 por ciento de los accidentes infantiles suelen ocurrir en el entorno doméstico y la mayoría de este tipo de desgracias suceden, simplemente, por la falta de previsión de los padres.

Cuando un bebé está por llegar, todos los padres nos esmeramos en preparar la canastilla, su cuarto y todo lo que necesitará el pequeño en sus primeros meses de vida. Pero pocas veces nos detenemos en detalles tan importantes como los elementos de seguridad en un hogar con niños. Un enchufe puede constituir todo un peligro cuando se encuentra al alcance de un niño de pocos meses y con un simple protector o un cierre de seguridad podríamos ahorrarnos más de un susto.

Aunque nuestro campo de acción sea toda la casa, vamos a centrar la atención en las tres estancias en las que el niño pasará más tiempo durante sus próximos meses de vida. Una habitación, una cocina y un cuarto de baño pensados para adultos podrían constituir un mar de peligros para cualquier bebé. Descubre todo lo que podemos hacer en materia de seguridad en un hogar con niños.

Seguridad en la habitación del bebé

En su cuarto es recomendable adaptar la decoración a las necesidades del niño.

1. Radiadores y ventanas. Para conseguirlo tendremos que instalar unos cuantos protectores y cierres de seguridad.

2. La cuna. Es recomendable situarla lejos de la ventana, no solo por las corrientes aire, sino porque en unos cuantos meses el niño será capaz de erguirse y, por tanto, de trepar hacia ella e intentar asomarse.

3. Las cortinas. Cuanto más cortas mejor. Un cortinaje que llegue hasta el suelo podría convertirse más adelante en una perfecta liana con la que niño intentará balancearse.

4. Los enchufes. Deben tener sus protectores puestos y no estaría de más revisar la instalación eléctrica antes de que nazca el niño. Un cable que sobresalga o cuelgue o, simplemente, el cordón de una lámpara de mesa podrían darnos más de un susto.

Una cocina muy segura

La cocina es, quizá, una de las estancias más peligrosas de toda la casa para los bebés. Conviene que nunca dejemos al niño solo cuando se encuentre en ella. Productos de limpieza, el gas, el cubo de la basura… pueden caer en sus manos sin que apenas nos demos cuenta. Una bolsa de basura vacía, sin ir más lejos, puede llegar a constituir un auténtico riesgo. A los niños, ya se sabe, les encanta meter la cabeza en ellas, con el consiguiente peligro de ahogo que ello conlleva.

1.   Útiles de cocina. Un cuchillo podría llegar a ser muy peligroso en manos de un bebé al igual que un mantel que sobresalga demasiado. Si en la mesa estuviese la sopera… el susto, el chichón y la quemadura no nos lo quitaría nadie.

2.   Productos de limpieza. Colócalos en armarios a gran altura, de manera que no estén nunca al alcance de los niños.

3.   Gas. Cierra la llave de paso siempre que puedas.

Mantén la puerta de la cocina cerrada para que el niño solo pueda acceder a ella bajo nuestra supervisión.

Objetivo: seguridad en el baño

En el cuarto de baño también tendremos que extremar la vigilancia.

1.   El agua. Es un elemento al que demostrar un especial respeto. Solo bastan 6 cm de profundidad en una bañera para que un bebé pase un mal rato. Por ello, cuando le bañes o, simplemente, esté jugando procura vigilarle continuamente.

2.   Suelo mojado. Cuida de que no gatee sobre suelo mojado y aleja de su alcance todos los aparatos eléctricos con los que pudiese hacerse daño (secador, depiladores, máquinas de afeitar…).

3.   Inodoro. Instala una tapa especial adaptada a su tamaño. Así evitas que pueda llegar a introducirse en él de modo accidental. Y, un último apunte: cuidado con los desinfectantes. Si has limpiado el inodoro con lejía procura tirar de la cadena de tal modo que el niño por mucho que toquetee con sus manos no sufra ningún percance.

En casa ¡CUIDADO!

– Productos de aseo. Para evitar que el niño chupetee la colonia o los polvos de talco procura que éstos estén fuera de su alcance, sobre todo en el cambiador.

– Cuna. Antes de adquirir la cuna asegúrate de que cumple con todas las normativas de seguridad. Unos barrotes con demasiado espacio entre sí podría incitar a nuestro pequeño a introducir su cabecita.

– Salón. Procura poner cantoneras redondas a todas aquellas esquinas que puedan ser peligrosas para el bebé (mesas bajas, muebles…).

– Mobiliario. En su cuarto tendrá que estar adaptado a sus necesidades. Entre un ropero de esquinas afiladas y otro de cantos redondos elige siempre por este último.

Teléfono móvil. Es un entretenimiento muy llamativo que suele encantar a los bebés de corta edad, pero debemos tener cuidado con sus piezas demasiado pequeñas, que podrían terminar en la boca del bebé y por tanto poniendo en peligro su seguridad.

– Puertas bajas. Una buena solución para evitar que el niño salga de su cuarto o baje las escaleras es instalar en casa puertas bajas. Estas pequeñas verjas, que permiten a los adultos saltarlas con facilidad, son el mejor remedio para limitar los movimientos de los bebés.

– Bañera. A partir de los siete meses a todos los niños les encanta chapotear en el agua. Para evitar que el niño se escurra en la bañera y te dé un pequeño susto, usa cualquiera de los modelos de asientos con ventosas que existen en el mercado. Así el niño podrá jugar sentado con el agua sin peligro de que se hunda al perder el equilibrio.

Cristina Murcia

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