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Los niños y sus referentes: que no les quiten la infancia

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Hoy en día los niños reciben demasiadas presiones para madurar antes de tiempo.
Foto: ISTOCK Ampliar foto

Vivimos en una sociedad donde los contenidos que los niños reciben a través del televisor son muy distintos a los de épocas pasadas. Series donde los niños se comportan y visten como mayores de edad, pequeñas estrellas con coreografías y letras propias de artistas adultos, moda que les obliga a vestir de forma impropia para su edad* Todo esto hace que los menores se estén perdiendo fases necesarias de la infancia y maduren precozmente.

Algo que es muy preocupante puesto que para que el niño desarrolle su personalidad de forma adecuada es preciso que pase por todas las fases de su infancia y adolescencia ya que saltarse alguna de ellas puede ser perjudicial para su salud emocional. Es por ello que a los padres les toca vigilar los referentes que el niño tiene y la forma en la que la sociedad les dice que tiene que actuar para que no terminen por convertirse en adultos antes de tiempo.

Influencia negativa de los referentes de los niños

Cada vez con más frecuencia, nos estamos acostumbrando a ver por ejemplo, en las fiestas de fin de curso a niñas y niños de preescolar haciendo coreografía y vestuario de espectáculos y canciones de adultos. Es un fenómeno ya generalizado que fomenta en gran manera, esta irrupción de los niños y niñas artistas en la televisión. Siempre los niños han imitado y lo seguirán haciendo, de lo que ven en su realidad.

Una sociedad educadora que pretenda lo mejor para sus niños y niñas debe huir de este tipo de espectáculos y del fomento de ese tipo de modelos. Deben descubrir el mundo de la mano de sus mayores, quienes deben intentar vigilar que las influencias que reciben a través de las series, anuncios de televisión, películas, grupos musicales, etc. no les hagan creer que deben saltarse la infancia y ser unos adultos antes de tiempo.

Los niños están sometidos precozmente a un gran número de noticias e información y juegan poco. Al menos juegan poco entre ellos. Están muy influidos por la televisión y por la televisión basura. El consumo feroz en una sociedad económicamente desarrollada como la nuestra les afecta mucho. Viven muy aprisa contenidos de poca inconsistencia y valor cultural, y son cada vez más exigentes.



 

Vestirlos como mayores

Independientemente del gusto y estilo de cada familia, lo cierto es que tanto las casas de modas infantiles como muchos padres, visten a sus hijos, principalmente a las niñas, como si fueran mini adolescentes o jóvenes adultos. Un problema al que se enfrentan a menudo los padres que no encuentran muchas alternativas a la hora de buscar un vestuario adecuado para los más pequeños de la casa ya que las tiendas de ropa están apostando por modelos de ropa propios de mayores para los niños.

El problema con el que se encuentran muchos padres son las demás niñas compañeras de su hija, que se rebela si no viste como las demás. Pero tendrán que imponerse acercando a sus hijos a ese entorno donde la lectura, el juego, la comunicación afectiva primasen sobre lo superfluo y consumista. Es decir, negarse a lo que la moda quiere imponer, pero ofreciendo como alternativa actividades atractivas y educativas en las que se sientan felices.

Erotismo precoz

Según Verónica López, psicóloga infanto-juvenil y terapeuta familiar, especialista en maltrato y abuso infantil del Centro de Psiconutrición Nut, el ser humano es una unidad biopsicosocial y, desde esta perspectiva, la televisión con sus programas juveniles y también Internet, pasan a ser referentes de los niños y van quedando en sus recuerdos como ideales de querer ser o llegar a ser, y es así que van adelantando etapas. «Hoy es tan fuerte la presión social de la mujer como símbolo sexual, que eso mismo potencia su desarrollo».

La especialista explica que estos niños siguen un patrón, es decir, manifiestan un conjunto de síntomas en esta área y se destacan por ellos. Por lo tanto, si las niñas sólo usan petos, minifaldas o se pintan con brillo los labios, no es erotismo, sino más bien puede estar respondiendo a una moda pasajera, más que a una conducta especial. Sin embargo, cuando esto se suma a verbalizaciones adultizadas sobre temáticas de connotación sexual, junto con falta de límites y falta de cuidado en mostrar sus partes íntimas, se puede hablar de un erotismo precoz.

El otro peligro del erotismo precoz es que desarrolla en estos niños personalidades muy desequilibradas; esto, según Neva Milicic, «sucede por una preocupación excesiva y gasto de energía en temas que no son propios de la edad cronológica, cuando no se ha desarrollado aún el sistema hormonal y tampoco se ha completado el desarrollo afectivo ni el cognitivo».

Cómo actuar para proteger la infancia de los niños

Ya que no podemos controlar la creación de contenidos que se ven en televisión ni obligar a tantas marcas de ropa a ajustar sus modas a lo que realmente es necesario. Desde casa podemos intentar proteger la infancia de los niños a través de actuaciones concretas con las que asegurarnos que los niños no se convierten en adultos antes de tiempo y disfrutan de este momento tan bonito en sus vidas como es la infancia:

– Educar no es asustar. Si ves que tu hija baila con movimientos soeces, vulgares o eróticos, seguramente imita lo que ve en la tele. Proponle que baile igual de bien, pero con movimientos más adecuados a su edad que la aplaudirán más. Dile lo mismo a tu hijo varón si le ves muy provocativo.

No le rías las gracias. Si en algún momento nuestro hijo hace algún chiste propio de adultos o realiza una coreografía obscena, no hay que seguirle el juego y reírle la gracia ya que esto sólo va a conseguir que el niño entienda que este camino es el adecuado.

El pudor acompaña. Enseñar al niño el cuidado de su cuerpo y no la exposición del mismo no es puritanismo, es saber valorar la intimidad.

– Si a estas edades te piden vestir con «modelitos» de mayores, hazles ver que tú como adulto no te pones «modelitos» de jovencita o jovencito, porque vuestros hijos os verían ridículos.

– No tengáis reparo en advertir en el colegio o en algún festival que el baile, la coreografía o el espectáculo tiene que ser acorde a su edad y no propios de un joven.

– Estar pendientes de los juegos de vuestros hijos. Si observas que son adelantados a su edad, ofrécele otras alternativas más propias de su edad.

Marta Santín

Asesoramiento: José Luis Calvo, videpresidente de la Asociación Prodeni

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