Uno de los primeros momentos de crisis en la educación, tanto para padres como para hijos, es la aparición de los celos. Es una ocasión perfecta para sacar los aspectos positivos que entrañan las dificultades y tirar hacia arriba de nuestro pequeño, ya que, este sentimiento que experimenta proviene del amor y del afecto.
Ahí, en esos dos pilares, tendremos que apoyarnos para que «el celoso» logre superarlo y seguir correctamente con su desarrollo emocional.
Aunque la conducta celosa es algo corriente, si no la educamos y corregimos se puede convertir en una reacción exagerada, que puede provocar disfunciones en la personalidad del niño, con problemas futuros de sociabilidad.
Para prevenir la aparición de los celos ante un nuevo hermanito, o al menos minimizar los efectos que esta nueva etapa puede ocasionar en el hermano mayor, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
Antes de la llegada del bebé
–Anunciarle nosotros el embarazo: si se entera por la abuela, o por un hermano mayor, puede pensar que «no contamos con él».
-Preparar al niño sobre lo que va a ocurrir es una buena manera de ayudarle a adaptarse con más facilidad a los acontecimientos. Podemos explicarle que cuando nazca el bebé mamá estará más cansada, tendrá menos tiempo para todos: podrá salir menos con papá, dedicar menos tiempo para los deberes de Carlitos, etc. Pero, en ningún caso, dejará de querer a todos como antes.
-Ir preparando la habitación del bebé juntos.
-Llevarlo de compras y que nos ayude a escoger la ropa del nuevo hermanito, o las sábanas, o la colcha…
-Hablar mucho sobre su responsabilidad: qué juguetes le va a dejar al hermano, qué cosas le va a enseñar, etc.
-Tener preparado un regalito para cuando vaya a vernos al hospital, hasta podemos decirle que lo traía el hermanito para él.
Cuando nazca el bebé
-La primera vez vea a su hermano es mejor que esté en la cuna, pues si lo encuentra en brazos de su madre, puede causarle al niño una impresión negativa que podemos evitar.
-Cuando vengan visitas a casa, pedidles que sean cariñosas con el «príncipe destronado». Incluso podéis tener preparadas chucherías para que se las den al pequeño, junto con el detalle que traigan para el bebé.
–Reservarnos un ratito al día en el que el celosillo se sienta «exclusivo». Este es nuestro momento y nadie debe interrumpirnos.
-Recordarle lo importante que es para la familia que siga cumpliendo su encargo, pues es el que mejor lo realiza en casa. Reforzarle diciéndole: «Además, los pequeñajos no saben hacerlo como tú».
-Una buena táctica es provocar que el niño pregunte sobre el tema, pues nos facilitará saber cuáles son sus sentimientos y preocupaciones. Así, podremos ayudarle a resolver sus dudas, aunque no significa que debamos estar hablando continuamente sobre lo mismo.
-Dejad que ambos jueguen juntos, pero jamás a solas. En cualquier caso, no es bueno que saltéis y peguéis un grito en cuanto el niño intente cualquier aproximación.
-Debemos sacar la parte positiva a los celos: en esta época es habitual que el hermano mayor quiera demostrar a los adultos que ellos saben, que ellos pueden, con el fin de captar nuestra atención. Podemos fomentar este sentimiento de superación para que aprenda a comer solo, a ser más ordenado…
María Lucea