Adaptarse a un horario al regresar del colegio es importante para los niños porque les ayuda a distribuir el tiempo del que disponen por las tardes y aprovecharlo mejor. Es aconsejable empezar desde los primeros años de vida del niño para adquirir pronto el hábito del orden, para que él sepa cuándo tiene que merendar, qué debe estudiar, cuándo puede jugar y la hora de irse a dormir.
Padres implicados con los niños al salir del colegio
Y es que tener un horario que ordene las tardes no solo supone un beneficio para el niño; los padres también vamos a agradecerlo mucho. Así podemos compaginar perfectamente nuestras propias actividades con los cuidados y tareas de los niños.
Cuando el niño ya no es un bebé, podemos ir razonando con él algunas cosas. De ese modo irá aprendiendo que hay un orden en las tareas y que no se puede hacer en cada momento lo que a uno le apetece.
Algo que suele dar muy buen resultado es preguntarle «¿Qué toca ahora?» Nos sorprenderá ver que nuestro hijo sabe lo que es, otro asunto es que quiera hacerlo. Para eso, tenemos que echar mano de la motivación, que nos ayudará a que el niño vea más llevadera la tarea que le toca efectuar.
Cadena de actividades para organizar las tardes de los niños
También son muy eficaces los sucesos encadenados, que son una serie de actuaciones que se realizan de modo diario y repetido acompañado de una actividad, como es levantarse, acostarse o ponerse a comer. Tales cadenas de sucesos acaban por automatizarse y pasan a incorporarse a nuestra persona de modo mecánico, aunque en ocasiones dejamos que la pereza y la dejadez rompan esa cadena y nos saltamos algunos de sus pasos. Es ahí donde debemos hacer un esfuerzo educativo.
Hay bastantes modelos de cadenas de sucesos que podemos extraer de la vida del pequeño, y la que nos ocupa en el tema de organizar las tardes después del colegio sería más o menos así:
– Saludar a quien esté en casa.
– Guardar el abrigo, los zapatos y dejar la mochila.
– Merendar.
– Hacer los deberes.
– Bañarse.
– Jugar un rato.
– Ayudar a poner la mesa.
– Cenar.
– Ayudar a recoger la mesa.
– Lavarse los dientes.
– Ponerse el pijama.
– Leer un cuento.
– Despedirse de papá y mamá antes de ir a la cama.
Lógicamente, en cada familia hay unas costumbres diversas y las cadenas de sucesos podrán variar un poco, pues no todos funcionamos de la misma manera. Pero lo importante es educar a los niños para que vayan disciplinándose poco a poco y se dén cuenta de que hay un orden lógico en nuestras actuaciones que hace que nuestra vida en familia sea más grata.
Conchita Requero
Asesor: Pablo Garrido Gil. Licenciado en Filología Clásica, Master y asesor del IEEE.
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