Una vez ha finalizado el colegio y se ha dicho adiós a las clases y a las actividades extraescolares es normal que los niños abandonen los hábitos a los que están acostumbrados durante el curso: cambia el horario de comidas, de dormir, se arrinconan las tareas y aparecen nuevas actividades que ocupan todo el tiempo de los más pequeños. Los expertos ofrecen varias claves para entender la importancia de mantener las obligaciones y tareas para los niños y asi como de fijar una rutina en los niños durante los meses de verano.
Pasar de unos horarios rígidos a unos más flexibles crea inestabilidad física y emocional a los niños. Por ello, es frecuente que durante los meses de vacaciones aparezcan más cansados y se muestren más susceptibles. Para evitar esto, es fundamental que los niños en verano mantengan una rutina, aunque esta sea distinta de la del resto del curso. En este sentido, encontramos los campamentos y talleres, que ayuda a los niños a desarrollar competencias sociales y educativas y además se pueden compatibilizar con la vida familiar.
El doctor Ignacio Manrique Martínez, drector del Instituto Valenciano de Pediatría y Puericultura y miembro de Top Doctors asegura que «el horario de verano tiene que parecerse lo más posible al de invierno en cuanto a tiempos de comida, merienda y cena o actividades al aire libre. Un cambio brusco de las actividades aprendidas puede derivar en desasosiego y desconcierto. Y es, además, una forma de mostrarles que sus obligaciones siguen siendo las mismas». Además, los expertos señalan que esta necesidad de mantener los hábitos resulta más importante cuando el niño es más pequeño, fundamentalmente, en los menores de dos años.
La responsabilidad de los padres
Sin embargo, esta necesidad de mantener los mismos hábitos y las mismas rutinas en los niños no siempre les resulta fácil a los adultos, pues en muchas ocasiones lo que los padres buscan durante el periodo de vacaciones es salir de la rutina y dedicar más tiempo al ocio y la diversión.
Sin embargo, uno para el doctor Javier Molina Garicano, de Top Doctors, entran en juego «los conceptos de responsabilidad, respeto y concienciación que requiere toda paternidad». No hay que adoptar posturas extremas. Existen posibilidades para contentar a todos, para que niños y padres disfruten tanto de forma conjunta como independiente. Aunque se recomienda fomentar el tiempo en familia durante los meses de vacaciones, ya que a lo largo del curso resulta más difícil.
Compartir tiempo con los padres resulta crucial para los niños, pues en muchas ocasiones tienen una falta de afecto por su parte, por lo que toda actividad y conversación que los niños tengan con sus padres va a ser lo que recuerden los más pequeños. El doctor Ignacio Manrique Martínez explica cómo es fundamental tener en cuenta este punto, pues en muchas ocasiones, los niños pueden pensar que los miembros que más cerca tienen para contarles las cosas son sus conocidos y amigos del colegio y no sus padres.
La importancia de realizar tareas durante el verano
Es importante también que durante los meses de vacaciones los niños sigan asumiendo algunas obligaciones y responsabilidades. Sin embargo, existen padres que se niegan a que sus hijos continúen realizando tareas durante el verano. La doctora Nuria Curell Águila, miembro de Top Doctors, asegura que «el concepto de ocio, entendido como tiempo dedicado a hacer lo que nos gusta y que habitualmente no podemos hacer durante el resto del año, no comporta que debamos dejar de lado el aprendizaje».
No se trata de llevar la misma rutina que durante el curso, se trata de concienciar al niño de que en la vida hay que asumir una serie de responsabilidades y que estas no se dejan de lado durante el verano. En septiembre hay que volver al colegio y es conveniente que los niños refresquen de forma divertida lo aprendido durante el curso. Una forma de hacerlo es plantear sencillas adivinanzas o problemas de matemáticas que obliguen a los más pequeños a pensar y a ejercitar su mente. Los meses de vacaciones pueden ser una excelente oportunidad para educar a tu hijo en valores como el trabajo en equipo a través del deporte, las salidas al campo en familia o la colaboración en las tareas domésticas.
Las vacaciones deben ser para los más pequeños un tiempo de descanso y recuperación tanto física como emocional. Romper con la rutina adquirida durante el curso y plantearle nuevos hábitos que rompan sus esquemas y comportamientos no ayudarán en ningún caso a que los más pequeños consigan ese equilibrio en su personalidad.
María Redondo
Asesoramiento: Top Doctors
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