La mentira es una conducta que puede volverse habitual en los niños. Todos los niños pueden mentir en algún momento, de manera puntual. Las mentiras en los niños preocupan a las familias y educadores, de manera que intentamos que los niños aprendan a decir la verdad, y educarles para que sean sinceros, pero no siempre es fácil.
En primer lugar, es importante comprender por qué se produce la mentira, ¿por qué mienten los niños? ¿Qué hacer si les pillamos mintiendo? Es el primer paso para acabar con este tipo de conductas.
Las mentiras en los niños
Las mentiras pueden cumplir muchas funciones, son un mecanismo de defensa que aporta una aparente cobertura psicológica ante determinadas situaciones y problemas. Las mentiras cumplen una función en algún momento, proporcionan una ficticia cobertura psicológica ante determinados problemas.
Cuando el niño miente y obtiene resultados positivos, como proteger la autoestima, evitar un castigo, salir de un problema, etc… esta conducta es reforzada y puede generalizarse y convertirse en un hábito. Es nuestro deber actuar para que las mentiras no se conviertan en un hábito. No obstante, la mentira es una conducta habitual en las personas que puede ser frecuente en determinados momentos de la infancia.
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¿Por qué mienten los niños?
1. Mentira inintencionada, sin ninguna finalidad. La ficción se mezcla con la realidad. Antes de los 5 años las características del pensamiento del niño: mágico y egocéntrico, hace que le cueste diferenciar entre la realidad y la imaginación. Estas son mentiras naturales en este momento del desarrollo y poco irán desapareciendo a medida que el niño crece.
2. Mentira por influencia de los padres. En ocasiones, las mentiras son inducidas de manera inconsciente desde el seno de la familia. Es importante reflexionar sobre este tipo de mentiras para poder evitarlas.
– El ejemplo de los padres. Cuando los niños ven que sus padres mienten, entienden que esta conducta es buena en determinados momentos, ya que puede serles útil.
– Los padres les piden que mientan. En ocasiones, pedimos a los niños que mientan para evitar algunas situaciones. Por ejemplo ante una llamada les pedimos que digan que no estamos, que no cuenten determinadas cosas, etc.
3. Mentira intencionada que sirve para cumplir una función.
– Evitar un castigo. Los niños aprenden a liberarse de los castigos con mentiras.
– Conseguir algo que quieren o evitar algo que no quieren.
– Proteger su autoestima. Los niños no quieren sentirse inferiores, y a veces la mentira puede ayudarles.
– Por miedo. Cuando algún aspecto de la realidad les da miedo, pueden cambiarlo o inventar algo para evitar ese miedo.
– Evitar los cambios y mantener una aparente estabilidad.
– Necesidad de ser aceptado y estimado por los demás.
– Necesidad de cumplir con unas expectativas demasiado altas. Intentan no fallar a sus progenitores y para ello a veces han de ocultar la verdad.
– Cuando la realidad es difícil de asumir. Estas mentiras suelen producirse en situaciones traumáticas o complicadas.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria, especialista en Pedagogía y Psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.
Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura
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