Menos soledad, más juegos y muchos estímulos educativos: éstas son las ventajas para los niños de tener una mascota en casa. No obstante, hay que tener en cuenta que una buena convivencia entre los niños y los animales, siempre debe contar con las debidas precauciones.
Los perros, los gatos y, en general todos los animales domésticos, ejercen una influencia positiva sobre el crecimiento infantil. Además, les dan la oportunidad de establecer un contacto cercano y directo con la naturaleza, cosa que en las grandes ciudades, es cada día más difícil. Actualmente, el 42 por ciento de las familias españolas posee un perro o un gato, sin contar con las aves, los roedores y otras especies. Más del 80 por ciento de estas familias consideran que su mascota es fuente de bienestar, según un estudio realizado por la división de Salud Animal de Bayer. Quien tiene una mascota, suele considerarla como uno más de la familia.
5 ventajas de las mascotas para los niños
En el caso de los niños, las mascotas pueden ayudarles a crecer y desarrollarse en distintos aspectos. Estos son algunas de las ventajas para los niños de tener una mascota en casa:
1. Son un incentivo para el movimiento, especialmente cuando el niño gatea y también cuando empieza a andar.
2. Les ayudan a sentirse seguros. Los niños experimentan un sentimiento de confianza cuando les acompaña su mascota. Tocar y hablar a un animal, desarrolla sentimientos de afecto, cariño y seguridad.
3. Acrecienta su autoestima, porque el perro o el gato les quiere tal y como son, y les ayudan cuando los niños se sienten más tristes, a la vez que desarrollan un carácter más abierto y receptivo.
4. Desarrollan su sentido de la responsabilidad, porque adquieren el compromiso de amar más al animal, cuidarle, alimentarle, protegerle y respetarle.
5. Fomentan la autodisciplina y concentración, ya que la mascota requiere unos cuidados diarios.
Mascotas y niños: buenos amigos de juegos
Otra de las ventajas de tener una mascota en casa es la cantidad de juegos que se pueden establecer entre el animal y el niño. Pero no debemos olvidar que, siendo tan pequeño nuestro hijo, siempre deberéis vigilar esas actividades, no vaya a ser que el animal, sin intención, haga daño a nuestro hijo.
Los perros, por ejemplo, son juguetones por naturaleza y los cachorritos aprenden por instinto a morder muy suavemente.
1. Juegos de persecución. Los perros de temperamento activo disfrutan mucho jugando a cazar, a buscar, acechar y perseguir. Jugar al escondite con el perro, es una excelente divertimiento. Hay que enseñar a nuestro hijo a que no siempre le debe perseguir, porque hay que dejar al perro que también nos persiga. Si el perro se excita demasiado y empieza a saltar sobre el niño, o a morder su ropa, hay que dejar de jugar, ignorándole por unos momentos o darle un pequeño toque en el lomo como señal de «no vale morder».
2. Juegos de recuperar objetos. Alguna clase de perros, disfrutan también recuperando pelotas y otros objetos lanzados por el niño. Las pelotas demasiado pequeñas son peligrosas, porque podrían quedar atascadas en la garganta del perro y asfixiarlo en pocos minutos. Lo mejor es una pelota de goma maciza e irrompible y de tamaño adecuado.
3. Juegos de tira y afloja. Otra clase de juegos es el tira y afloja con una soga o un juguete de trapo que no se rompa. Con algunas razas, este juego se convierte fácilmente en una prueba de fuerza. Así que no hay permitir que ganen siempre. Si emiten el menor gruñido, hay que dejar inmediatamente de jugar. No hay que acostumbrarle a jugar con palos o ramas caídas, ya que podrían astillarse y sus fragmentos podrían clavarse en la garganta del animal.
Efectos terapéuticos de las mascotas en los niños
Muchos especialistas han visto en los animales de compañía una buena terapia para niños con diferentes problemas, tanto físicos como psicológicos. Algunos estudios recientes, llevados a cabo por sociedades norteamericanas especialistas en zooterapia, aseguran que el hecho de mirar al animal, acariciarlo, jugar con él o hablarle produce un beneficio inmediato, disminuye la tensión arterial, relaja y ayuda a eliminar el estrés. Además, aumenta la autoestima y la sociabilidad en niños sordos, ciegos, con alguna discapacidad o demasiados tímidos.
Estos son los principales efectos terapéuticos de las mascotas:
– Los animales devuelven la sonrisa a un niño deprimido
– Estimulan el carácter social de un niño tímido y con bloqueos afectivos
– Ayudan a controlar a un niño con impulsos violentos y relajan a los niños nerviosos
– Ayudan a las personas a aceptarse a sí mismas tal y como son, esto es debido a que los animales nos aceptan tal y como somos. Los animales nos aceptan e incluso nos emiten señales de ánimo cuando no nos encontramos en el mejor momento.
Según esta profesional, que realiza Terapia Asistida con Animales, «las mascotas nos enseñan dignidad y a aceptar las cosas de una manera más sencilla. Los caballos para esto son grandes maestros y nos ponen en contacto con nuestro instinto más puro y salvaje, inculcando un aire de naturalidad a nuestros impulsos. De los perros aprendemos la nobleza y fidelidad. Los gatos nos ayudan a relajarnos».
Jaime Márquez
Asesoramiento: Isabel Salama, especialista enTerapia Asistida con Animales
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