Es posible que en el futuro nuestros hijos pierdan un gran número de oportunidades de aprendizaje en casa o en el colegio, simplemente por el hecho de no estar escuchando. Es decir, por no tener la capacidad suficiente de poner atención y de concentrarse en lo que se dice. Y es que aprender a escuchar es más importante de lo que parece.
Además, en el colegio, gran parte de su aprendizaje se realizará a través de la enseñanza oral y el resto por la lectura. De aquí nace la importancia de estimular, desde ya, su sentido del oído y su capacidad de atención y concentración.
Ideas para estimular la escucha y el sentido del oído
Los niños pueden aprender a escuchar y nosotros podemos enseñar a escuchar mediante estos juegos divertidos y didácticos.
1. Veladas musicales
Podemos realizar con nuestros hijos actividades que, mediante la estimulación auditiva, desarrollen su concentración. La música es una buena forma. A esta edad, ya podemos llevarles a algún concierto infantil de música clásica, o ponerles cintas en casa. Es estimulante también dejar una música de fondo relajante mientras juegan o están comiendo.
2. Cuéntame un cuento
Hacia los tres años, los niños muestran un gran interés por las historias. Escuchar cuentos resulta ideal para reforzar la memoria auditiva y desarrollar la imaginación. Podemos proponernos también que se fijen más conscientemente en lo que les decimos, haciéndoles preguntas, dirigiendo su interés hacia lo importante, etc.
3. ¡Atención!
lA a hora de realizar ejercicios de estimulación auditiva, hay que recordar que el periodo de atención que pueden prestarnos es corto. Por eso, hay que presentárselo como un juego y buscar el mejor momento: cuando esté con más ganas de hacer cosas, después de merendar, antes de dormir, etc. Cuando le veamos cansado y sin interés, habrá que dejarlo para otra ocasión.
Su vocabulario, además, es limitado. Si hablamos con ellos demasiado tiempo, o si utilizamos demasiadas palabras que no pueden entender, acabará aprendiendo a desconectar… Justo lo contrario de lo que pretendemos. Poco a poco, en la medida que progrese, podemos ir aumentando la dificultad de los ejercicios y juegos.
4. Una sola vez
Una buena manera de que pongan atención consiste en que nos propongamos en casa que hagan lo que se les dice a la primera. Es decir, que no tengamos que repetir las cosas varias veces. Para ello, hemos de dar las órdenes en las mejores situaciones. Así, al dirigirnos a ellos, procuraremos mirarles siempre a los ojos y a la cara. Así se verán interpelados personalmente y les será más difícil desconectar. Estaremos creando un mayor vínculo de comunicación y ayudaremos a fomentar el interés de nuestros hijos.
5. El silencio
¿Han oído alguna vez nuestros hijos el silencio? La naturaleza puede ayudarnos mucho, si intentamos permanecer en silencio en medio de un bosque y ayudamos a nuestros hijos a prestar atención al canto de los pájaros, al sonido del riachuelo… Esta práctica introducirá, seguramente, elementos muy significativos para los niños.
Beatriz Bengoechea
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