Comparten curso y pupitre, pero entre un niño nacido en enero y otro de diciembre existe casi un año entero de diferencia. Y, según un amplísimo estudio canadiense, esta brecha en el calendario puede tener importantes consecuencias entre los seis y los 12 años: los pequeños de la clase son a menudo sobrediagnosticados como hiperactivos.
Fuente: El Mundo
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/03/05/psiquiatriainfantil/1330955244.html