Durante los primeros años de vida, las pequeñas rutinas que rodean a nuestros hijos se van asimilando como propias y se van convirtiendo, poco a poco, en una costumbre que ellos mismos desearán mantener el día de mañana. Una de ellas corresponde a los hábitos de higiene, como ducharse a diario, peinarse o lavarse los dientes tres veces al día. Y es que respecto a los hábitos de higiene, debemos inculcar a los niños que no se trata sólo de hacerlo todos los días, sino de hacerlo bien.
Buenas costumbres de higiene para los primeros años de vida
– Cepillarse los dientes. En cuanto tengan cierta autonomía y coordinación de movimientos, podremos enseñarles a cepillarse los dientes… igual que lo hacemos nosotros, sus padres. Desde que el niño/a cumpla el año y medio, este juego de imitación les resultará más que divertido. Una vez se acostumbren y desaparezca la novedad, quizá cueste que lo hagan después de cada comida pero, por lo menos, habrá que lograrlo a la hora de acostarse.
– Peinarse. El peine…. es otro caballo de batalla. Para evitar sus reticencias al uso del peine, pon especial cuidado con los tirones, por ejemplo, pues puede ser un motivo para que los niños tomen tirria al instrumento. Un truco efectivo que nos ayude a inculcarles este hábito puede ser regalar un peine original o un cepillo de colores. Con los niños a los que no les gusta cepillarse los dientes podemos emplear este mismo truco, dándoles un cepillo de dientes divertido y una pasta con sabor suave, como fresa, por ejemplo.
– Ducha. Respecto a la higiene corporal, podemos planteársela como pequeños campos en los que les vamos concediendo grados de autonomía: las manos, la cara, la ducha… Lo más probable es que no les guste, pero puede motivarles el ver que se va confiando en ellos en función de su responsabilidad.
Conchita Requero
Asesoramiento: Lucía Herrero. Orientadora familiar.
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