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Guía para acabar con el mal comportamiento en niños

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Se ha portado mal. ¿Hay que castigarlo, reprenderlo o dejarlo pasar esperando que este comportamiento desaparezca solo? La Asociación Española de Pediatría, AEP, ha elaborado una pequeña guía para padres con el fin de ayudarles a entender este comportamiento en sus hijos. Un compendio que les explique por qué sus hijos se portan así y cuál es la fórmula para ponerle fin.

Justo lo contrario de lo que pedimos

«No uses este juguete hasta que termines tus tareas«, y a los cinco minutos el niño ha olvidado sus obligaciones y se entrega al ocio. Una situación muy habitual en los hogares y que frustra a muchos padres que se preguntan, ¿por qué mi hijo ha hecho exactamente lo contrario de lo que le he dicho?

Los padres en estas situaciones deben ir más allá del mal comportamiento y tratar de entender la raíz del comportamiento de sus hijos para frenarlo. Es posible que esta actitud responsa al cansancio o a un estado de nerviosismo. Según la AEP lo mejor es sentarse con el niño y preguntarle por qué ha actuado así y si le ocurre algo. Mostrarle que aunque se reprueba su forma de proceder, cuenta con nuestro afecto y comprensión para tratar de resolver sus problemas.

Cómo eliminar los malos comportamientos

Lo primero que deben hacer los padres es redirigir la atención de los menores a actuaciones dignas de elogio por parte de los padres. Para ello elogiar al pequeño cuando se porte bien es muy importante.

Si por ejemplo los padres quieren que se comporte mejor con sus compañeros, cuando se vea que el niño comparte un juguete con otro se le puede decir «Me encanta lo que acabas de decir, qué buen amigo eres«. Palabras que deben ir acompañada de una expresión corporal igual, es decir, una sonrisa y un abrazo para indicarle al hijo que su padre está contento.

También es bueno mostrar al niño que lo que él opine importa a los adultos. Que es uno más de la familia. Hacerlo partícipe de las decisiones del hogar como por ejemplo ir al cine evitará que en alguna ocasión este reclame atención a través de un mal comportamiento.

Los niños imitan otros comportamientos

También es importante según AEP el modo en el que los padres se dirigen a sus hijos. Siempre es mejor mantener una actitud serena y hablar en un tono normal a los pequeños. Algunos adultos se ponen histéricos en estos casos y lo único que consiguen es aumentar la tensión de estas situaciones. Por ejemplo si se ve a un niño pegar a otro, lo mejor es apartarlo rápidamente y a solas explicarle por qué está mal lo que acaba de hacer y si tiene algún problema que lo haya llevado a actuar así.

Así el niño comprenderá que comportarse de forma calmada es la mejor manera de proceder. Poner el grito en el cielo solo enseña al menor que hay que perder los papeles en situaciones de tensión. Hay que recordar que los hijos ven un claro referente en sus padres e imitarán los mismos comportamientos que ellos pensando que es la mejor forma de proceder.

Firmeza ante todo

Una cosa es mantener la calma y otra hacer que el niño piense que no ha ocurrido nada. Los padres se deben mantener firmes a la hora de atajar estos comportamientos. Con seriedad y calma se debe explicar al menor que lo que ha hecho está mal y que es un comportamiento que no va a ser aceptado en un futuro.

El niño debe entender que aunque tiene en sus padres un apoyo al que transmitir sus problemas, miedos e inquietudes, su comportamiento no va a ser aceptado más.

Damián Montero

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