Normalmente se piensa que únicamente las personas mayores roncan y cuando se escucha a un menor respirando de este modo por las noches, los padres se preocupan. ¿Qué le ocurre al niño? ¿Estará teniendo un problema grave en su aparato respiratorio? La Asociación Española de Pediatría, AEP, ha tratado de resolver estas dudas ofreciendo un guía para aquellos progenitores con hijos que roncan.
Los niños también roncan
Que un niño ronque no es tan raro. Esta respiración que genera un sonido tan característico se produce cuando el aire pasa por una vía aérea superior estrecha. Es muy habitual en todas las edades y no es raro escuchar a un menor respirando de esta forma cuando está acatarrado.
Los niños también roncan, incluso desde los pocos meses de vida. La mayoría lo hace de forma leve y ocasional, coincidiendo con los resfriados. Este ruido desaparece cuando desaparecen los síntomas catarrales. Pero, aproximadamente, uno de cada 10 niños ronca de forma habitual, a diario.
Por qué ronca un niño
Al ya mencionado resfriado se le suman otras causas como por ejemplo la alergia (rinitis y asma), regurgitaciones de alimento en los lactantes y la condición de fumador pasivo. También es posible que el paso del aire a través de la vía respiratoria superior esté obstaculizado por la existencia de adenoides (vegetaciones) o por la presencia de unas amígdalas de mayor tamaño.
Importancia del ronquido
Que un niño ronque puede afectar a su arquitectura del sueño, de forma que no sea tan reparador ni de calidad. En estos casos es habitual la presencia de terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismo y otras alteraciones del sueño conocidas como parasomnias. Esto puede desencadenar en que el menor se encuentre somnoliento a lo largo del día e incluso algo nerviosos. Su humor también puede verse alterado como consecuencia de esta falta de descanso.
Cuando el niño ronca hay que prestar atención para detectar si padece el Síndrome de Apnea- Hipopnea del Sueño, SAHS, uno de los trastornos del sueño más graves. Aproximadamente un 20% de los niños roncadores sufrirán SAHS a lo largo de su vida.
Cómo detectar el SAHS
Para detectar el SAHS en niños es importante fijarse en si el niño parece luchar por poder respirar durante el sueño y si, deja de tomar aire durante unos segundos, tras el cual aparece un esfuerzo respiratorio (lo que se conoce como «apnea obstructiva»). Otra pista que puede ponernos en alerta es el sudor y si adopta posiciones extrañas a la hora de quedarse dormido.
Si se aprecian algunos de estos indicios , es importante acudir al pediatra para que este explore físicamente al niño y le realice una serie de preguntas. El especialista también podrá pedir a los padres que graben en vídeo el sueño de su hijo para documentar los signos y síntomas.
Si finalmente se detecta el SAHS en un niño, en la mayoría de los casos la solución será operarlo. Esta intervención quirúrgica consistirá básicamente en extraer las vegetaciones o las amígdalas de gran tamaño. Tras la adenoamigdalectomía habrá que estar atento por si reaparecen los síntomas y hubiera que volver a llevar al menor a un especialista para un nuevo diagnóstico.
Damián Montero
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