Si hay algo importante a la hora de inculcar unos buenos hábitos para dormir a los niños, es el ritual nocturno. Mantener siempre el mismo horario y ser inflexibles ante sus eventuales caprichos (quiere seguir jugando, no quiere bañarse…) es fundamental es estos momentos. Además, este proceso no sólo tendrá que ser siempre el mismo, sino también en el mismo orden.
El ritual nocturno, la rutina del sueño de los niños
Hacer las cosas siempre de la misma manera cuando llega la hora de acostarse, sobre todo en el caso de los niños, es fundamental para conciliar el sueño y convertir ese momento en algo delicioso y no en una batalla diaria llena de excusas para no dormir.
– El baño y la cena. Así, si siempre le bañas antes de darle la cena, procura no cambiar nunca esta pequeña rutina, pues le proporciona al niño una gran seguridad.
– El cuento. Lo mismo ocurre con el cuento que le cuentas todas las noches, ese pequeño rato de lectura, que proporciona paz y tranquilidad, le reconfortará y le invitará a hacerlo de nuevo al día siguiente.
– El beso. Nuestro beso de despedida o de buenas noches es el final de todo este ritual. A partir de este momento, el sueño comienza. De nuestra persistencia y paciencia dependerá que el niño consiga asumir -o no- que debe meterse en la cama e intentar dormirse sin rechistar.
Una habitación infantil cómoda para conciliar el sueño
Su habitación también va a jugar un papel importante a la hora de irse a dormir. Sería positivo que su habitación sea un lugar tranquilo y sin grandes ruidos si deseamos asentar unos buenos hábitos de sueño. Tampoco tiene que haber un silencio total y absoluto cada vez que el niño va a dormir, ya que es bueno acostumbrarle a vivir en comunidad y a tolerar sonidos que puedan producir otros hermanos más mayores o los padres por la casa.
La temperatura media: entre 18 y 22 ºC es la más recomendada. Además, hay que procurar acostarle siempre con ropa cómoda para que el niño no se despierte o le cueste dormirse por el frío.
Los peluches suelen ser de gran ayuda para que es niño se duerma. Acostar al pequeño acompañado de sus peluches favoritos es una excelente solución de cara a darle algo de seguridad en estos momentos.
Trucos para establecer buenos hábitos para dormir a los niños
– Si tu hijo es poco dormilón, no dudes en recortar la siesta. De hecho, no es imprescindible que el niño duerma la siesta. Lo importante es que repose después de la comida aunque sea haciendo actividades tranquilas como colorear.
– Acostumbra al niño a cenar pronto. Una cena copiosa y a última hora de la noche suele ser enemiga de un correcto y apacible descanso nocturno. Además una cena temprana es saludable para su estómago y digestión.
– Coloca una luz quitamiedos. Hay niños especialmente aprensivos con la oscuridad. Para evitar estos pequeños miedos, podemos poner una lucecita en el enchufe de su cuarto. Así siempre habrá un punto de referencia al que podrá mirar durante la noche sin tener la sensación de oscuridad absoluta.
– Procura que deje de jugar con antelación. A todos los niños les cuesta mucho interrumpir sus juegos para irse a la cama. Precisamente por ello, debemos avisarle con antelación suficiente que ha llegado la hora de acostarse. Así podrán terminar con tiempo lo que están haciendo antes de irse a dormir.
– Si el niño tiene sed por las noches, lo más práctico es dejarle en la mesita al lado de su cama un vaso de plástico especial para niños pequeños: tienen tapa y se bebe a través de una boquilla con pequeños agujeros, de manera que se elimina el riesgo de que el pequeño vuelque el vaso en la oscuridad y se empape.
– Prueba con música relajante. Un buen truco para dormir a los más difíciles consiste en ponerles en su cuarto música relajante en un tono muy bajo. Un CD de música clásica con Bach, Vivaldi o Mozart puede ser muy útil para tranquilizar a nuestro pequeño cuando llegue el momento de conciliar el sueño, además de estimular su oído.
Conchita Requero
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