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Aprender a escuchar: 8 ejercicios para niños de 3 a 8 años

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En el mundo de hoy en día todos, tanto niños como adultos, nos vemos bombardeados continuamente por los sonidos más diversos… y estridentes. Pero quizá no sea esto lo mejor para llevar a cabo una estimulación auditiva. Para aprender a escuchar, los niños deben ser capaces de discriminar y dirigir su atención auditiva a los sonidos que les interesen.

Para conseguir discriminar sonidos, hay que pararse a pensar y reflexionar sobre lo que estamos escuchando. Este ejercicio requiere prestar mucha atención y lo mejor para conseguir captar la atención de los niños es hacerlo mediante un juego. Aprender  y enseñar a escuchar puede ser un divertido juego para los niños con estos 8 ejercicios que requieren la colaboración de los padres.

8 ejercicios para niños de 3 a 8 años para aprender a escuchar

1. Hacerles preguntas. Si preguntamos de vez en cuando sobre lo que están escuchando, o sobre el libro que están leyendo con nosotros, reforzaremos su atención. No sólo hay que hacerle preguntas, sino que se fije en lo que estamos diciendo y nosotros le ayudaremos señalándoles: «¿Has visto qué vestido tan bonito?». Por eso, los libros de cuentos con imágenes a estas edades pueden ayudar mucho.
Quizá podamos hacer una especie de concurso o juego después de cada cuento, que le ayude a fijarse.

2. ¿Qué suena? En este juego se trata de descubrir qué es lo que suena. Existen muchas variantes: una de ellas consiste en, sin que los chicos vean nada, golpear diversos objetos e intentar adivinar por el sonido qué es. Otra, hacer sonar una campanilla, unas llaves, una cajita con alfileres, una caracola etc. También pueden utilizarse diversas cintas de efectos especiales que existen en el mercado.

Ejercicios para aprender a escuchar

3. En la granja de mi tío… Otra idea para desarrollar la capacidad de concentración son las canciones cortas, con músicas conocidas y con mucho ritmo, fáciles de retener. Entre todos, podemos aprendernos alguna y cantarlas de vez en cuando. Un modo de aprenderlas puede ser que papá o mamá canten una estrofa y tengan que repetirla los hijos, hasta que se la aprendan entera.

4. Cerrar los ojos. Alguna vez que tengamos pensado salir al campo, hay un juego muy adecuado para que se fijen en lo que oyen: consiste en cerrar los ojos y comprobar cuántos sonidos distintos podemos identificar: el canto de las chicharras, grillos o pájaros; la brisa; las ramas y hojas moviéndose… También puede hacerse este juego con alguna grabación musical, tratando de identificar cuándo se introduce un instrumento o voz distinta.

5. Ritmos con palmadas. Podemos montar un tablao flamenco en casa, porque vamos a retar a nuestros hijos a que sigan los distintos ritmos de palmadas que vamos a dar. Alguno de los padres, llevará la iniciativa y la voz cantante, y el resto tratará de seguir. Además de la necesaria atención, este ejercicio desarrolla la coordinación de movimientos.

6. Trabalenguas divertidos. Existen varios y muy divertidos trabalenguas populares que pueden aprenderse, mejor si es de labios de papá o de mamá, para que se fijen: «El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado». «El cielo está enladrillado, quién lo desenladrillará, el desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será». «Tres tristes tigres, comen tres tristes platos de trigo en un triste trigal». Ojo, no nos confundamos nosotros.

7. Graves y agudos. Con cualquier instrumento de música que tengamos en casa, vamos a realizar este simple ejercicio. Se trata de que se fijen en la diferencia entre agudos y graves. Para ello, daremos una nota y tendrán que decir si le parece grave o aguda; luego otra, y deberán decir si es más grave o más aguda que la anterior. Antes de comenzar, habrá que explicarles la diferencia entre graves y agudos d un modo práctico.

8. Un paseo por la ciudad. La ciudad también ofrece muchas posibilidades y sonidos distintos que ayudan a la capacidad de atención y que estimulan el oído. Al salir de paseo con nuestros hijos, podemos decirles que se fijen en lo que oyen para luego hacer un concurso en casa: «¿Cuántos sonidos distintos has oído? ¿Quién ha oído el más raro?». También puede realizarse un concurso de dibujo.

Beatriz Bengoechea

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