Acaba con las rabietas infantiles en 10 pasos
Acaba con las rabietas infantiles en 10 pasos - THINKSTOCK

Las rabietas son un comportamiento habitual y natural en los niños pequeños en el periodo que abarca de los 2 a los 5 años. Las rabietas son molestas y en ocasiones difíciles de manejar, el niño explota en un estallido de llantos, pataletas en el suelo, se deja caer, arroja objetos, grita, etc.  

Los intentos de las familias para calmar las rabietas de sus hijos e hijas no suelen ser efectivos, el estallido continúa. En muchas ocasiones estos intentos tienen el efecto contrario y fomentan la aparición de nuevas rabietas. Para poner fin a este círculo vicioso, descubre cómo acabar con las rabietas infantiles en 10 pasos.

Trucos para acabar con las rabietas en 10 pasos

1.   El primer paso, y la regla de oro para acabar con las rabietas es no dejar que el niño se salga con la suya gracias a la rabieta. Si aprende que puede conseguir lo que quiere con la rabieta, se refuerza esta conducta y se generaliza.

2.   No prestes demasiada atención, cuando el niño estalle en una rabieta.

3.   En un primer momento, intenta desviar la atención del niño hacía otra cosa.

4.   No pierdas los nervios, evita enfadarte y crear más tensión, muéstrale cariño en lugar de enfado. Mantén la calma y espera. En un principio cuando el niño compruebe que no te alteras y no le haces caso sus estallidos serán más intensos.

5.   Explícale con calma que cuando esté tranquilo le prestarás atención y solucionareis la situación.

6.   Es importante ser firme y constante.

7.   No presiones al niño para que se le pase. Es la manera de dejar salir la frustración. Es necesario que aprenda a tolerar y afrontar la frustración.

8.   Espera a que el niño se calme. Cuando este calmado puedes y debes prestarle atención. De este modo le enseñas que recibirá atención cuando este calmado.

9.   Ayúdale a identificar sus emociones y expresarlas con palabras. Dialoga con el niño y expresa también tus emociones.

10.   Permite que el pequeño descargue sus tensiones, para ello puedes emplear la actividad física y el sentido del humor. Procura que tenga su espacio para desarrollar su identidad.

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Para acabar con las rabietas, primero hay que entenderlas

Las rabietas son una conducta habitual que forma parte del desarrollo sano de los niños pequeños. Las rabietas aparecen como una manera de dejar salir un malestar emocional, justificado o no, los niños aún no disponen de recursos para afrontar la frustración y gestionarla de un modo más positivo. La frustración y el malestar emocional que provoca son la llama que enciende el estallido de la rabieta.

¿Cuál es el origen de esa frustración? Alrededor de los 2 años de edad, los niños se perciben como un yo, es el comienzo de la formación de su identidad. Inmersos en ese nuevo descubrimiento del yo como ente único y separado de lo demás, surge la necesidad de expresión y afirmación de la identidad.

Una identidad que aún es difusa, de la que aún no se tiene conciencia plena, y que precisa por lo tanto expresarse y reafirmarse. Pero el niño se encuentra con contratiempos o dificultades cuando intenta afirmar su yo mediante la expresión del mismo.

-   No puede expresarse cuándo y cómo quiera. El niño descubre que no puede hacer todo lo que quiera, cuando quiera. Va a tener que aprender a respetar a los demás. En el desarrollo de su identidad hará este descubrimiento no es el único yo.

-   El desarrollo del lenguaje aún está en fases iniciales y esto le impide expresarse. Los niños de esa edad son capaces de entender mucho más de lo que pueden llegar a expresar. El desarrollo del lenguaje es aún incapaz de permitir una expresión clara del yo.

El niño lucha por definirse y se encuentra con estas dos barreras. Entonces experimenta una intensa frustración que no sabe cómo manejar, la única vía de escape son las rabietas.

Poco a poco los niños irán desarrollando sus habilidades comunicativas y lingüísticas, entenderán que no siempre pueden hacer todo lo que quieran y las rabietas irán disminuyendo. Sin embargo resulta imprescindible ayudarles en su desarrollo y favorecer este desarrollo, son muchas las ocasiones en las que por evitarles esa frustración conseguimos el efecto contrario. El niño aprende entonces que con la rabieta consigue lo que quiere, y su frustración se reduce. En estos casos la rabieta es reforzada y se generaliza, pudiendo acompañar en etapas posteriores.

Tipos de rabietas infantiles

Las rabietas son la forma de expresar diferentes necesidades del niño, veamos los tipos de rabietas más comunes según las necesidades habituales:
1.   Llamada de atención. En ocasiones los niños requieren atención para definirse, para sentirse queridos. Cuando no consiguen captar la atención experimentan frustración y enfado estallando en una rabieta con la que logran finalmente su objetivo.
2.   Conseguir lo que quieren. Tanto cuando el niño quiere algo (por ejemplo comer helado) como cuando quiere evitarlo (comer verdura), si no se cumple su deseo entrará en un estado de frustración que hará estallar una rabieta para lograrlo.
3.   Cansancio. Es muy normal que cuando nuestros niños están cansados aparezcan las rabietas, es la forma de expresar una necesidad.
4.   Cuando algo no le gusta. Aquellas situaciones que no son de su agrado también suelen provocar rabieta (ejemplos, una regañina, tener que acompañar a sus padres a un recado en lugar de jugar, etc.)

Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria, especialista en Pedagogía y Psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.
Autora de la colección Estimular los procesos de lectura y escritura

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