El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en los niños. Estos problemas para dormir son más comunes en ciertas etapas del desarrollo y, por norma general, son el resultado de cambios en la rutina diaria del niño o de nuevos sucesos inesperados. La calidad del descanso debe de ser adecuada para que no repercuta de forma negativa provocando problemas mayores.
El 30 por ciento de los niños entre los 6 meses y los 5 años sufren de insomnio, siendo la causa principal los malos hábitos, informa el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), al atender a una media de 300 niños al año por este trastorno.
Cómo saber si el niño padece insomnio
Cuando los pequeños muestran habitualmente signos de irritabilidad, hiperactividad, mal humor diurno y presentan una gran dependencia, es el momento de empezar a sospechar que pueda existir un trastorno relacionado con el sueño y el descanso del niño.
Causas que provocan el insomnio infantil
– Malos hábitos del sueño. El 70 por ciento de los bebés comienzan a dormir más de 4 horas seguidas a partir del tercer mes de vida, y el 83 por ciento duerme 8 horas al cumplir los 5 o 6 meses. Sólo un 10 por ciento de los niños con más de un año no duerme la noche entera. Si el niño no llega a cumplir estas horas, deberá de ser re-educado y estimulado para dormir.
– Alteración de la rutina del niño. Esta alteración puede estar provocada por un cambio de casa, el nacimiento de un hermanito o la víspera impaciente por un viaje. En el caso de los bebés muy activos, cualquier actividad nueva como aprender a caminar o gatear les causará tal excitación que no lograrán dormirse.
Recomendaciones contra el insomnio en los niños
– Haz que mantengan unos horarios regulares.
– Realizar un ejercicio moderado cada día ayuda a conciliar mejor el sueño.
– No dejes que el niño se vaya a la cama con hambre.
– Dormir solo lo necesario para estar en plenas condiciones al día siguiente.
– Proporciona al niño un dormitorio tranquilo, con poca luz y fresco.
Recomendaciones contra el insomnio en los bebés
– Dormir en su cuna. El recién nacio necesita dormir en su cuna para poder reconocer el entorno en el que se quedó dormido y así, si se despertara en medio de la noche, se encontraría en las misma condiciones con las que se durmió.
– No realices un ritual para que el bebé se duerma. Es decir, cada vez que el bebé debe dormir no realices la misma acción de forma mecánica, como es el cantar, darle el biberón o mecerle en brazos. Si se logra no transmitir estas acciones, el bebé se sentirá seguro en el momento en el que los padres no estén presentes.
Noelia de Santiago Monteserín