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¿Por qué no es una buena idea calmar las rabietas de los niños con el móvil?

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Los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta omnipresente en nuestras vidas. Utilizamos los móviles para todo, desde la comunicación hasta el entretenimiento porque nos ofrecen soluciones rápidas y efectivas para muchos de nuestros problemas diarios.

Sin embargo, su uso para calmar las rabietas de los niños pequeños es una práctica que ha generado preocupación entre los expertos en desarrollo infantil. A pesar de su aparente efectividad a corto plazo, utilizar el móvil como método para calmar a los niños puede tener consecuencias negativas para nuestros hijos a largo plazo.

La naturaleza de las rabietas de los niños

Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil. Los niños pequeños, especialmente los que tienen entre 1 y 4 años, están aprendiendo a gestionar sus emociones y a comunicarse. Las rabietas ocurren porque los niños aún no tienen las habilidades lingüísticas y emocionales para expresar su frustración, cansancio o necesidad de atención.

Aunque pueden ser estresantes para los padres, estas rabietas son oportunidades para que los niños aprendan a regular sus emociones y a desarrollar resiliencia.

Efectos a corto plazo del uso del móvil

No cabe duda de que entregar un móvil a un niño durante una rabieta puede tener un efecto inmediato. La pantalla brillante, los sonidos atractivos y los juegos entretenidos pueden distraer al niño y calmarlo temporalmente.

Para los padres, esta puede parecer una solución rápida y efectiva, especialmente en situaciones públicas donde una rabieta puede causar incomodidad.

Consecuencias a largo plazo de calmar rabietas con el móvil

Sin embargo, si nos acostumbramos a calmar las rabietas de nuestros hijos entreteniéndoles con el móvil, nos arriesgamos a sufran estas consecuencias a largo plazo:

1. Desarrollo emocional
Los niños necesitan aprender a identificar y gestionar sus emociones de manera saludable. Si siempre se les distrae con una pantalla durante una rabieta, no tendrán la oportunidad de experimentar y resolver sus sentimientos. Esto puede llevar a una menor capacidad para manejar el estrés y la frustración en el futuro.

2. Dependencia tecnológica
Introducir a los niños a la tecnología como solución a sus problemas emocionales puede fomentar una dependencia poco saludable. Pueden comenzar a asociar la tecnología con la regulación de sus emociones, buscando siempre el móvil en lugar de desarrollar habilidades más saludables. Esta dependencia puede extenderse a otros aspectos de su vida, afectando su capacidad para interactuar socialmente y enfrentar desafíos sin la ayuda de dispositivos digitales.

3. Problemas de atención y comportamiento
Diversos estudios han mostrado que el uso excesivo de dispositivos electrónicos en la infancia puede estar relacionado con problemas de atención y comportamiento. Los niños que pasan mucho tiempo frente a pantallas pueden desarrollar dificultades para concentrarse, tanto en el entorno escolar como en el hogar. Además, la exposición prolongada a pantallas puede afectar negativamente los patrones de sueño, lo cual es crucial para el desarrollo cognitivo y emocional.

4. Interferencia en el vínculo padre-hijo
Las rabietas, aunque difíciles de manejar, son momentos importantes para fortalecer el vínculo entre padres e hijos. Al utilizar el móvil como solución, se pierde la oportunidad de enseñar a los niños habilidades de afrontamiento y de construir una relación basada en la empatía y el entendimiento mutuo. En su lugar, los padres deben buscar maneras de conectar emocionalmente con sus hijos y ayudarlos a navegar en el mar de sus emociones.

Alternativas al uso del móvil para calmar rabietas

En lugar de recurrir al móvil, los padres pueden poner en prácticas diversas estrategias para manejar las rabietas de manera constructiva:

1. Mantener la calma
Los niños a menudo reflejan las emociones de sus padres. Mantener la calma durante una rabieta puede ayudar a calmar al niño más rápidamente.

2. Validar sus sentimientos
Es importante que los niños se sientan escuchados y comprendidos. Validar sus sentimientos, incluso si no se cede a sus demandas, puede ayudar a reducir la intensidad de la rabieta.

3. Ofrecer opciones
Dar a los niños opciones dentro de los límites aceptables les da una sensación de control, lo cual puede ayudar a prevenir y manejar las rabietas.

4. Enseñar técnicas de respiración
Enseñar a los niños técnicas de respiración puede ser una herramienta efectiva para ayudarlos a calmarse durante una rabieta.

5. Modelar comportamientos adecuados
Los padres deben modelar en sus hijos comportamientos adecuados de manejo del estrés y la frustración, proporcionando un ejemplo positivo para sus hijos.

Calmar las rabietas de los niños con el móvil puede parecer una buena solución a corto plazo, pero las consecuencias a largo plazo pueden ser lamentables. Al centrarse en el desarrollo emocional y en la enseñanza de habilidades sociales, los padres pueden ayudar a sus hijos a ser resilientes y emocionalmente inteligentes. La paciencia y el esfuerzo invertido en estos momentos difíciles contribuirán a un crecimiento más saludable y equilibrado en el futuro.

Marisol Nuevo Espín

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