Es normal que los niños pequeños muestren una gran actividad motora y que muchas familias se planteen, en determinados momentos, si será normal ese elevado nivel de actividad. Sobre todo cuando provoca situaciones incómodas. Tenemos que tener en cuenta que los niños manifiestan sus emociones a través del movimiento y más aún cuando todavía no han adquirido un desarrollo del lenguaje suficiente para expresarse verbalmente.
Sin embargo, algunas veces, esta conducta inquieta del niño se manifiesta a unos niveles superiores a lo que puede considerarse una conducta normal. En este caso, seguramente, se dé la presencia de otras características peculiares como la alta capacidad.
Señales de comportamiento de los niños superdotados
Los niños con un alto nivel de inteligencia poseen ciertas características de comportamiento que les exponen a un mayor riesgo de recibir diagnósticos erróneos. Generalmente, pertenecen a ese grupo de niños especialmente movidos. A simple vista, parecen niños distraídos, difíciles e indisciplinados. En la actualidad, uno de los trastornos que con más frecuencia se confunde con las altas capacidades es el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), ya que son varias las características comunes entre las de los niños superdotados y los síntomas que se han descrito para dicho trastorno.
Los diagnósticos se confunden porque la conducta en clase de estos niños se interpreta de manera superficial debido a la falta de conocimiento sobre esta excepcionalidad. En la mayoría de las ocasiones, los responsables del aula se basan únicamente en los rasgos del comportamiento y no tienen en cuenta la causa que los provocan.
En líneas generales, se dan cuatro tipos de conductas comunes entre el TDAH y los niños superdotados: hiperactividad motora, impulsividad, falta de atención y dispersión. Sin embargo, si nos centramos en las altas capacidades intelectuales, observamos que estos rasgos son solamente la punta del iceberg de un potencial excepcional que debemos identificar. En los niños superdotados, el exceso de actividad motora no interfiere en su aprendizaje. Sin embargo, este comportamiento puede alterar la atención de sus compañeros de clase. Se trata de una hiperactividad intelectual que necesitan canalizar investigando aspectos que les motiven.
Su gran energía, el habla rápida y compulsiva y su curiosidad, provocan un alto grado de impulsividad. La aparente ausencia de atención del niño superdotado viene derivada del aburrimiento. Entienden lo que se les explica mucho antes que sus compañeros y todas las repeticiones les provocan un hastío que les hace perder la atención. Por eso, cuando se alarga la explicación, ellos desconectan o cambian de actividad, lo que puede provocar molestias en el ritmo normal del aula. Tienen una gran imaginación y capacidad para abstraerse. Poseen una vida interior muy rica que les lleva a la dispersión. Necesitan retos intelectuales.
Superdotado o TDAH: confusiones en el diagnóstico
La confusión de ambos diagnósticos es gravemente perjudicial. La primera causa que nos debe preocupar es que el tratamiento del TDAH suele ser, en un elevadísimo porcentaje de casos, farmacológico, con unos efectos secundarios muy controvertidos que llevan al niño a entrar en el modelo estereotipado que homogeniza al grupo. Le impide desarrollar sus potenciales además de administrarle substancias químicas que no necesita.
Por otra parte, los niños con altas capacidades intelectuales deben ser identificados con precisión, ya que requieren una respuesta educativa específica para el desarrollo pleno y equilibrado, tanto de sus capacidades como de su personalidad. Se trata de unos niños con unas capacidades diferentes a las de los demás y que, si no están bien canalizadas, pueden ser perjudiciales para ellos hasta el punto de llegar al fracaso escolar, problemas de autoestima y de habilidades sociales.
Cómo distinguir a un superdotado: niños de 3 a 5 años
Los especialistas aseguran que hasta los seis años es difícil identificar las altas capacidades. Pero a partir de los dos se pueden ir observando determinadas conductas sospechosas de alta capacidad.
El primer signo de alerta, que nos puede hacer sospechar que un niño posee altas capacidades intelectuales, es que llama la atención su gran precocidad.
– Comienzan a hablar muy pronto y con fluidez. Alrededor de los dos años se expresan con frases completas. Poseen un vocabulario muy rico y elaborado para su edad. No suelen cometer errores gramaticales.
– Empiezan a leer a edades muy tempranas (incluso antes de los 4 años). Muestran necesidad por leer constantemente carteles, etiquetas, cuentos y libros de diferentes temas.
– Muestran interés por saber sobre las cosas más curiosas (astronomía, dinosaurios*) y sobre diferentes áreas, especialmente las relacionadas con las ciencias. Son pequeños investigadores.
– Extremadamente curiosos. Las preguntas aparecen precozmente, sobre todo el porqué de las cosas. No se conforman con respuestas superficiales.
– Empiezan a razonar a edades tempranas. A menudo reflexionan sobre cuestiones filosóficas y espirituales.
– Son muy sensibles, todo les afecta más que a los demás niños de su edad.
– Cuentan con una alta capacidad creativa y son muy innovadores.
– Son grandes observadores con una profunda capacidad de síntesis e intuición.
Cristina Palacios Hernando. Pedagoga
Más información en el libro de Pilar Martín Lobo, Niños inteligentes: guía para desarrollar sus talentos y altas capacidades.
Te puede interesar:
– Superdotados, test para detectar la alta capacidad
– Pistas para reconocer a un niño superdotado
– Las 8 inteligencias de los niños, juegos para potenciarlas
– Los superdotados tienen más posibilidades de sufrir acoso escolar