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Neurofeedback para mejorar la concentración de los niños

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Cómo mejorar la concentración de los niños gracias al neurofeedback.

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Si haces algo, asegúrate de hacerlo bien. Cuando cualquier persona emprende una tarea, debe aplicar todos sus sentidos para controlar todo el proceso y asegurar los máximos resultados. Una misión nada fácil, por lo que se recomienda trabajar en la concentración desde que los niños son pequeños. Muchas son las técnicas que se pueden aplicar para este fin.

Entre este catálogo el neurofeedback se presenta como una de las mejores herramientas para trabajar la concentración y potenciar las habilidades de los más pequeños. Un entrenamiento que pretende que el niño asuma el control sobre determinadas áreas de su cerebro y de determinados procesos en su mente. Un ejercicio que a la larga permitirá que el niño detecte patrones que afecte a su atención y los elimine de motu propio.

¿Qué es el neurofeedback?

Desde la Fundación Cantabria Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad, CADAH, se define al neurofeedback como retroalimentación electroencefalografía. Un «tratamiento neurocomportamental destinado a la adquisición de autocontrol sobre determinados patrones de actividad cerebral y la aplicación de estas habilidades en las actividades de la vida diaria.»

Hay que entender que el neurofeedback es un aprendizaje gradual, requiere de varias sesiones. ¿Cuántas? Dependerá de las características del niño y del progreso del mismo, así como de los resultados que este muestre. No obstante, la media es que unas 10 citas basten para observar efectos positivos en los más pequeños. También se especifica que se trata de una inofensiva y nada invasiva.

Las sesiones de neurofeedback se monitorizan por un terapeuta. La terapia consiste en colocar uno o más electrodos en el cuero cabelludo y en los lóbulos de las orejas al niño. Cada uno de ellos funciona como sensor que recoge la información sobre la actividad eléctrica de su cerebro que se recoge de forma automática por un programa informático que analiza el patrón de ondas cerebrales en tiempo real.

Durante las sesiones el niño juega sólo con su cerebro. Cada vez que su patrón de ondas cerebrales se acerca al patrón objetivo, se anota una marca en el registro de este programa informático. A lo largo de toda la prueba se le informa al niño de cómo sus resultados y su rendimiento en la actividad, para que pueda modificar la actividad de su mente en función de la recompensa.

Desarrollo y fin de la terapia

La eficacia de esta técnica depende también de la propia motivación del niño para completar y continuar con el entrenamiento. En casa el pequeño debe esforzarse por identificar los procesos de distracción y encontrar un objetivo motivante y atractivo. Los padres deben velar porque el niño no se venga abajo cuando vea que los resultados no son los que esperaba.

En las primeras etapas del entrenamiento, fase inicial, se recomienda hacer entre 2-3 sesiones por semana. Conforme avanza la terapia, la cantidad de estas citas con el especialista se van reduciendo hasta una por semana. El objetivo y el fin terapéutico de este tratamiento se basa en el Condicionamiento Operante, es decir, al darle información al niño sobre cómo funciona su cerebro permite que el menor reciba estas instrucciones en el mismo momento en el que está realizando una tarea determinada.

De esta forma es capaz de atender a los errores y entrenar las funciones sobre las que normalmente no tienen un control consciente, como son: la dirección del foco de la atención, la planificación, la consecución de metas en función de reforzadores y objetivos, el autocontrol y la autorregulación de los niveles de atención y concentración, así como inhibir los estímulos distractores.

Damián Montero

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