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Estamos en Navidad: ¿barra libre de videojuegos?

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Sin duda alguna, uno de los regalos estrella de la Navidad son las videoconsolas y todo lo relacionado con el mundo de los deportes electrónicos y los videojuegos. Esta extendida forma de ocio suele preocupar mucho a los padres que no saben si prohibir o consentir.

Por este motivo, es fundamental que los padres conozcan las claves para que sus hijos disfruten de las videoconsolas de forma saludable estableciendo normas y límites para que no ocupen todo su tiempo de ocio. 

5 claves para un uso responsable de los videojuegos en Navidad

1. Elige un videojuego apropiado: el abanico de títulos disponibles es amplísimo, y abarca géneros como simuladores deportivos, shooters, RPG, etc. Sin embargo, no todos son válidos para cualquier edad, ya que, dependiendo del estilo de videojuego, el contenido gráfico o el lenguaje puede ser inapropiado. Por este motivo, es necesario revisar que ese juego se adapte no sólo a los intereses del jugador, sino también a su rango de edad. Para ello, es aconsejable revisar la información y etiquetado PEGI (Pan European Game Information) de cada producto, un sistema de clasificación por edades. Asimismo, nunca está de más pedir información a expertos en este ámbito.

2. Crea un entorno adecuado: para poder disfrutar del juego plenamente, también es muy importante hacerlo en un ambiente que sea saludable. Lejos de espacios pequeños y con poca luz, es recomendable que los jóvenes pasen su tiempo jugando en una habitación grande, luminosa (a poder ser con luz natural), en una silla adecuada y con una postura correcta. Además, también es beneficioso acompañar al jugador durante la partida, no sólo por supervisar que todo vaya bien, sino también porque permite establecer comunicación y aumentar el interés en el videojuego, por lo que se fortalecen los lazos de unión entre padres e hijos.

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3. Establece un límite de tiempo de juego: es muy fácil perder la noción del tiempo, por lo que para disfrutarlo correctamente es necesario establecer unas pautas de consumo. En cuanto a las horas de juego, los expertos de The Global Esports Academy señalan que lo más recomendable es que no exceda las 2 horas diarias en menores de 12 años de edad, mientras que por encima de esta edad la sesión no debe superar las dos horas continuadas de duración sin hacer un descanso. De esta forma, se recomienda jugar con unas condiciones adecuadas de iluminación y correctamente hidratados, así como cesar la actividad relacionada con pantallas 2 horas antes de irse a dormir, ya que se sabe que jugar a videojuegos dificulta el sueño. Por otra parte, si se sienten molestias en los ojos puede deberse al Síndrome Visual Informático (SVI), una afección temporal que desaparece descansando unos minutos. Estas pausas, además, favorecen también el cambio de postura y, por ejemplo, hacer ejercicio físico o ir a la cocina a por la merienda.

4. Enseña a jugar y, a ser posible, juega con ellos: los videojuegos son una forma de ocio como el cine, el deporte, etc., por lo que el objetivo va mucho más allá de ganar a toda costa, centrándose en disfrutar de la experiencia y pasar un buen rato. Los padres deben educar en este sentido a sus hijos, animandoles a mejorar y esforzarse convirtiendo el juego en un proceso de enseñanza-aprendizaje. Asimismo, es fundamental evitar cualquier tipo de indicio de conducta agresiva y tener siempre presente que la clave para ser un buen jugador de videojuegos es disfrutar y controlar las emociones. Además, si es posible, los padres deben jugar con sus hijos, puesto que se ha demostrado que haciéndolo, adquieren una mayor capacidad de detectar los posibles peligros y educan mucho mejor en un adecuado uso del videojuego.

5. Ofrece alternativas a la pantalla: la ilusión del nuevo regalo hace que los videojuegos se conviertan en el epicentro del ocio, algo que, sumado a la cantidad de tiempo libre disponible durante las vacaciones, hace que los jóvenes quieran pasar la mayor parte de su tiempo con los videojuegos. Aunque este sentimiento es lógico, es importante ofrecer alternativas fuera de la pantalla, como practicar deportes tradicionales, pasatiempos «analógicos» como juegos de mesa o cualquier otra actividad que le interese para evitar centrarse únicamente en este modelo de ocio. Esto implica que los padres deben dar ejemplo y apagar sus tablets u otros dispositivos electrónicos y pasar a realizar cualquier otra actividad, especialmente si estas benefician a la relación paternofilial en caso de hacerlo en conjunto.

Un videojuego para cada edad

«Los videojuegos son el regalo de Navidad preferido de los niños y jóvenes de nuestro país desde 1992. Regalar un videojuego. un libro o una película es regalar entretenimiento, pero también es una responsabilidad. El videojuego es una maravillosa herramienta para aprender, están al mismo nivel que un libro, pero mal empleados, como casi todo en esta vida, pueden ser perjudiciales. Como padres debemos escoger bien. No regalarías a tu hijo una película o una novela llena de sexo o violencia y de igual modo no debes hacerlo al regalarle un videojuego. Si no sabes de videojuegos mi recomendación es que te dejes guiar por la codificación PEGI. Ya no hay excusa para regalar un videojuego de adultos a un niño», señala José de Matías, Director Académico de The Global Esports Academy.

Álvaro Jambrina
Asesoramiento: José de Matías, Director Académico de The Global Esports Academy

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