Un momento al que debe enfrentarse todo padre es el de las rabietas en sus hijos. En estos momentos los pequeños pierden el control y sus berrinches hacen que no sea una situación fácil de llevar. En ocasiones se puede pensar que es un medio por el que los niños quieren conseguir lo que buscan. Sin embargo, hay diversas causas que pueden explicar estas conductas.
Hay que tener en cuenta que los niños no tienen la capacidad de manejar sus emociones, o la tienen por desarrollar. Tal y como indican desde el International Montessori Institute de Barcelona hay eventos que pueden causar una sorpresa poco grata a los hijos, como por ejemplo tardar demasiado en la cola del supermercado. Frenar estos posibles berrinches es importante, pero lo más importante es saber qué se esconde detrás de la rabieta para ponerle remedio.
Razones que explican una rabieta
Detrás de una rabieta se ocultan diversos motivos. El primer paso es estar seguro de que las necesidades físicas y emocionales de los niños están cubiertas. Los profesionales del International Montessori Institute aluden las siguientes 7 razones como las más comunes detrás de un berrinche:
– Hambre
– Cansancio
– Enfermedad
– Hipersensibilidad a algún factor externo, como un cambio repentino en sus rutinas
– Intento de poner a prueba la reacción de los demás y cómo aprovechar estas situaciones en su favor.
– Intento de reclamar más autoridad dentro del hogar, negándose a acatar las normas de sus padres.
– Frustración al no conseguir lo que se han propuesto.
Las tres últimas razones requieren de un mayor esfuerzo por parte de los padres para descifrar lo que sucede y lo que intenta comunicar. Hay que tener en cuenta que estos motivos se asemejan a una lucha de poder en donde los hijos quieren, en cierto modo, ejercer el control. Por ello es imprescindible actuar de forma tranquila y no reaccionar de manera inmediata.
¿Cómo reaccionar ante las rabietas?
Este equipo de profesionales indica los siguientes puntos como los mejores para enfrentar una rabieta:
– Tratar el asunto en un lugar privado. Así se evita la presión de la gente que está a alrededor y que se evita que intervengan en el método que usado para solucionar el problema.
– Es necesario frenar la mala conducta y redirigir la energía hacia algo positivo, como alguna tarea o actividad útil, que le guste o sea nueva para él o ella.
– Mostrar una actitud amable pero firme. Ser empáticos con los sentimientos de los hijos porque para ellos son reales.
– Evitar burlarse y discutir sobre el tema que desató la situación.
– Para evitar algún cambio repentino y dificultades con las transiciones, es importante anticiparse y comunicar al niño lo que sucederá.
– Cuando se aprecie que los hijos están poniendo a prueba a los padres, lo mejor es hacerle sentir comprendido y decirle que se entiende su enfado o molestia pero que debemos respetar el límite o la regla.
– Decir las cosas una sola vez y después actuar.
– Al observar que el conflicto es con algún otro niño, hay que hablar con palabras simples, concisas y sin llevar a cabo un juicio para resolver el asunto. Es importante involucrar a los hijos en el proceso de la solución de problemas, dándole la oportunidad de compensar su conducta.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Consecuencias de la falta de límites en los niños, ¿por qué hace lo que quiere?
– Las emociones negativas en los niños